Biografias revista meli | Page 28

SALVADOR EFRAÍN SALAZAR ARRUÉ Más conocido por su seudónimo Salarrué (Sonzacate, 22 de octubre de 1899 - Los Planes de Renderos, San Salvador, 27 de noviembre de 1975) fue un artista salvadoreño. Trabajó en el campo de la literatura y las artes plásticas, pero ha sido su obra narrativa la más conocida de sus creaciones, entre las que destacan Cuentos de barro y Cuentos de cipotes. Sus dotes artísticas se revelaron desde muy joven. Estudió pintura en los Estados Unidos, donde conoció el libro costumbrista El libro del trópico de Arturo Ambrogi, que le animó a retornar a su país para dedicarse por entero al arte. A partir de los años 1930, y aunque prefería mantenerse alejado de la política, trabajó cercano a los regímenes militares en turno para promover las políticas culturales de la época. Desde el año 1946 fungió como agregado cultural de El Salvador en los Estados Unidos. Retornó a El Salvador en 1958, y poco después terminó su producción literaria, aunque los libros publicados en años anteriores continuaron reimprimiéndose. En sus años postreros ganó reconocimientos por su obra, pese a que subsistía modestamente en su casa ubicada en Los Planes de Renderos. Falleció de cáncer, sumido en la pobreza. Salarrué fue creyente de la Teosofía, una doctrina que influenció su producción artística. Ha sido considerado uno de los precursores de la nueva narrativa latinoamericana, y el narrador más importante en la historia de El Salvador Primeros pasos como artista Luis Salvador se interesó en la pintura, y junto a su primo Toño se inscribió en la escuela de Spiro Rosso limo de San Salvador. A pesar que no pudo continuar costeándose los estudios, gracias a la influencia política de su familiar César Virgilio Miranda logró una beca del presidente Carlos Meléndez para formarse en los Estados Unidos, donde partió en 1916. En dicho país estudió en la escuela jesuita Rock Hill College, cerca de Baltimore, pero el ambiente religioso del centro de estudios no era de su agrado. Posteriormente, y con ayuda del embajador salvadoreño en Washington, D.C., ingresó en una escuela de Danville, Virginia, donde mejoró el aprendizaje del idioma inglés. En 1917 se matriculó en la Corcoran School of Arts de la capital estadounidense, en la que recibió una educación formal, pero alejada de las tendencias del arte moderno. En ese tiempo su obra era influenciada por Ignacio Zuloaga y logró exponer sus cuadros en la galería de un negociante japonés de apellido Hisada.