No heredé ninguna fortuna millonaria, ni me volví musculoso; tampoco usé
cremas de belleza y mucho menos esas colonias con feromonas que no atraen
ni a una mosca.
En realidad pasé por una situación muy cruel.
Es que a decir verdad, yo era un fracaso total con las mujeres antes de
descubrir este sistema.
Más que un fracaso diría yo… Era todo un dominado, un calzonazos, un
pollerudo, y todos los sinónimos que puedas encontrar!
Pues bien, hace varios años atrás, yo estaba a total disposición de mi novia
Brenda.
Bajo su control y dominio absoluto, como un perrito faldero!