Unas palabras que acceden directamente al cerebro y que las
“obliga” a satisfacer tus deseos sexuales más ardientes.
Sólo tienes que repetir la frase palabra por palabra y se
convertirá en tu esclava sexual personal…
“Es asombroso. Cada vez que uso esas palabras
les brillan los ojos y algo en ellas se enciende…
Se vuelven geishas del amor, entregadas a dar
placer ;) ”
Julián V.