Bestiario Mar. 2015 | Page 33

pesaba el corazón de una persona contra la pluma de Ma’at, la diosa de la verdad; y si el corazón era impuro, Amemait lo devoraba y la persona bajo juicio no podía continuar su viaje hacia Osiris y la inmortalidad. Una vez que el Amemait devoraba el corazón, esa alma quedaba condenada a permanecer vagando por siempre en el inframundo; lo que también se conocía como “morir una segunda vez”. El Amemait también vivía cerca de un lago de fuego, en el cual los corazones a veces eran arrojados para ser destruidos. Al Amemait no se le reverenciaba, pues de hecho representaba todo lo que los egipcios temían; una criatura que los amenazaba a permanecer sin descanso. La aparición de este tipo de seres en la mitología egipcia tuvo lugar durante la época predinástica. En aquella época, los sacerdotes de los templos sagrados principales divinizaron aquellos fenómenos naturales que les desconcertaban, o infundían temor y las asociaron a divinidades que dotaron con las características de ciertos animales, y los representaron con forma humana pero conservando sus rasgos zoomorfos. PARANORMAL MAGAZINE 33