12 | berberana | diciembre de 2018 PUEBLO A PUEBLO
Congreso con el nombre de Quintano en Labastida
Juantxu Martínez
De la figura de Quintano, en su concepto
histórico, se hablará en el mes
de enero. De su renovador espíritu
y sus efectos actuales lo hacemos
en la página tres. En estas líneas,
en formato de titulares resumimos
dos intensas jornadas desarrolladas
en torno a la viña, pasado, presente
y futuro, y sus consecuencias en
el vino y el mercado que se quiere
buscar.
Organizado por Hazi, el I Congreso
Quintano Labastida, Padre del Vino
Moderno, tuvo como primer ponente
a Miguel Torres, presidente del grupo
bodeguero Familia Torres. Su plantamiento
sobre el cambio climático
en el mundo de la vid y las bodegas
fue su núcleo de actuación. Destacó
que desde que tomaron conciencia
sobre el asunto el grupo destina “el
diez por ciento de sus beneficios a
intervenir en acciones que van en la
mejora del medio ambiente”.
Juan Carlos Sancha, profesor y
viticultor, realizó una vertiginosa
exposición sobre el mundo del vino
y del de Rioja más en concreto, con
los cambios que van destinados al
consumidor final. Las idas y venidas
en criterios de mercado y al final los
cambios que se producen sin demasiada
convicción “nos lleva a preparar
un vino para el mercado, lo que
parece un éxito es un peligro a corto
plazo”.
Julian Palacios, de Viticultura
Viva, acercó a Labastida sus experiencias
en las enfermedades de
madera, las viejas conocidas y las
nuevas, y su vinculación directa “a
veces con la propia planta utilizada
en los últimos años y en los defectos
en la poda. La poda tiene que respetar
la circulación de la savia en la
planta”.
Lorenzo Diaz de Apodaca de la
empresa vitoriana Airestudios acercó
innovaciones tecnológicas que pueden
“aplicarse en breve en la vid,
pero es necesario pensar muy bien
qué es lo que queremos y para qué
vamos a utilizar los datos”. Antes
de recorrer viñedos con los aparatos
que nos van a dar información hay
que evaluar si van a ser interesantes
tanto en resultados como en el prisma
económico.
La mesa redonda prevista se
convirtió en un debate sobre qué vinos
hay que hacer para destacar en
Hazi organizó
el ‘I Congreso
Quintano
Labastida,
Padre del Vino
Moderno’.
el mercado. Una de sus derivas fue
catalogar los suelos, empezando por
Labastida. Paco Berciano, de Vinos
con Alma, volvió a señalar “el error
que supone que la garantía del vino
la dé la bodega donde se embotella y
no la tierra de la que nace”.
En la segunda jornada del congreso
Miguel Larreina expuso su
visón sobre los vinos de municipio,
“no creo en el planteamiento general
que se hace. Para que salga adelante
un vino de pueblo tiene que basarse
en un nombre sugerente, pocas bodegas,
una historia diferenciadora y
una fuerte promoción”.
Fernando Martínez de Toda, Catedrático
de Viticultura en la Universidad
de La Rioja, fue recorriendo la
historia de la viticultura, haciendo
paradas en los costos en horas de la
producción, “la poda y la vendimia
vienen a suponer las mismas horas
de trabajo, siempre que no se haga
con vendimiadora, desde el comienzo
de la viticultura hasta ahora”. Las
diferencias del tipo de uvas y su precio
abre un amplio abanico de formas
de trabajar el viñedo, “dependiendo
de lo que vayan a valer nuestras
uvas, hay que decidir por más o menos
mecanización”.
El remate de este encuentro en
Labastida tuvo formato de cata. Telmo
Rodriguez, de bodegas Remelluri
y elaborador en diferentes puntos de
la geografía vinícola, junto a Paco
Berciano organizaron una cata provocadora.
Los vinos expuestos tenían
historias detrás, historias diferentes,
aunque todos tenían en común que
el bodeguero impulsor de cada uno
había decidido salir adelante de una
forma propia, aunque el entorno no
lo compartiera, ni comprendiera.