¡BASTA YA! COLOMBIA: MEMORIAS DE GUERRA Y DIGNIDAD | Página 63

INFORME GENERAL Centro Nacional de Memoria Histórica
Los actores armados convirtieron los ríos en fosas comunes donde arrojaron a las víctimas y prohibieron a los ribereños, familiares y vecinos recogerlos. Esto se documentó en la masacre de Trujillo, perpetrada entre marzo y abril de 1990. Las personas desaparecidas fueron sacadas a la fuerza de sus viviendas, llevadas a las haciendas de los narcotraficantes, despojadas de sus identidades, sometidas a múltiples torturas y luego descuartizadas vivas con una motosierra, para posteriormente arrojar sus cuerpos a las aguas del río Cauca. 73
La práctica de arrojar los cuerpos a los ríos fue recurrente en muchas regiones del país. En el caso de El Tigre, en el bajo Putumayo, las víctimas relatan así la experiencia:
Sobre el puente del río [ Guamuez ], nosotros logramos recuperar siete cuerpos. Esos cuerpos estaban abiertos por el tórax. Otros estaban degollados. Lo que nos contaba un muchacho que logró salvarse, era que los paramilitares empezaban a bajar a cada persona de las camionetas y con hachas y cuchillos abrían el estómago. Les enterraban el cuchillo en el estómago, al filo del ombligo, y recorrían con él hasta el cuello, luego los lanzaban al río. Así estaban todos los cadáveres que encontramos en el río. No sabemos cuántas personas más echaron al río, por eso decimos“ los que viven en el río”. Es incontable saber cuántas personas viven en este río. 74
Además del terror asociado a esta forma de violencia dentro de la lógica paramilitar, aleccionadora para las comunidades o como castigo por el perfil de las víctimas, la desaparición forzada y las torturas se orientaron a obtener información. También tuvo la función de entrenar militarmente a las tropas de autodefensa. Es el caso de las escuelas de descuartizamiento confesadas en las versiones libres ante la Unidad de Justicia y Paz de la Fiscalía General de la Nación. 75 Muchos desaparecidos fueron
73. gmh, Trujillo, 47-56 74. gmh, La masacre de El Tigre, 27. 75. Ever Veloza, alias HH, jefe paramilitar del Bloque Bananero de las auc confesó que la primera escuela de descuartizamiento de las accu fue creada en 1994 en la Finca capturados aleatoriamente con el único propósito de convertirlos en objeto del entrenamiento paramilitar, que buscaba formar a los combatientes en el uso de tortura y sevicia. 76
En otros casos, las víctimas sirvieron como objeto de prácticas para los enfermeros de las estructuras paramilitares, como ocurrió con el caso de Alberto Romero Cano, alias El Médico, en el corregimiento El Placer, bajo Putumayo:
—¿ Quién suturaba?, ¿ quién le canalizó la vena?, ¿ quién lo anestesió?— La anestesia lo hice yo y lo de la canalización también lo expliqué yo primero, le mostré cómo se hacía a los muchachos, porque ellos ya tenían lo teórico; ellos mismos se encargaron de hacer las prácticas.—¿ Cuántas personas practicaron con esta víctima?— Doctora, había un curso como de diez personas, pero no me recuerdo todos, no me recuerdo de todos [...]. En la parte de las piernas también se les enseñó a coger puntos internos.—¿ Todos suturaron a la víctima, once veces se canalizó a la víctima, once veces se suturó a la víctima?— Sí, doctora [...]. La canalización de vena fue en las manos y en los brazos y la sutura en la parte de la pierna [....] La víctima duró dos horas, no decía nada, se le dio agua […] Después se asfixió la víctima, la asfixiamos. Se le coloca una toalla en la cara y se le tapa la nariz y la boca para ejecutarla ya [...]. Después de ya ejecutada se coge y se abre la persona para enseñarles a los muchachos cómo se componía una persona para enterrarla, cuando una persona se iba a trasladar a otra parte después de muerta, para que se pudiera demorar y no se dañara. [...]
La 35 del municipio de San Pedro de Urabá, por Rodrigo García, alias Doble Cero por orden de Carlos Castaño. 76. Andrés Fernando Suárez,“ La sevicia en las masacres de la guerra colombiana”, Análisis Político 63( 2007): 72.
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