Los orígenes, las dinámicas y el crecimiento del conflicto armado
Con respecto a la naturaleza de la violencia colombiana, el informe la describía como de tendencia predominantemente criminal, pero con un potencial importante de transformación en violencia de carácter subversivo. El informe precisó que las fuerzas comunistas no eran una amenaza en el corto plazo, pero advirtió que tenían potencial para explotar las tensiones ya existentes a través de los grupos de autodefensa. En lo que concernía al papel de la Fuerza Pública, el informe señaló la incapacidad de esta entidad para afrontar la situación, y evidenció la desconfianza que generaba entre la población, pues era percibida como un ente politizado, en especial la Policía. También se enfatizó en el recelo y el odio de las comunidades hacia el aparato gubernamental y sus instituciones de justicia, como efecto de la desprotección durante el periodo de la Violencia. 20
Frente a este diagnóstico, el informe sugirió una estrategia dual. En primer lugar, reducir la violencia bandolera por medio de una fuerza móvil contrainsurgente. Tal propósito podría lograrse en un año, dado que los grupos criminales carecían de ideología y capacidad de proyección estratégica. En segundo lugar, emprender reformas sociales, políticas y económicas para enfrentar los riesgos de una violencia de carácter subversivo. La estabilidad interna solo se lograría combinando las actividades militares y el cumplimiento de las leyes con esfuerzos para eliminar la injusticia social, política y económica. Para alcanzar esta meta, el principio cardinal era“ el desarrollo de un verdadero Gobierno democrático”, que atendiera los graves problemas sociales. Siguiendo esta línea, la política antisubversiva, que fue difundida en todo el continente durante la administración de John F. Kennedy( 1961-1963), se centró en el impulso al desarrollo interno y a las reformas democráticas para eliminar las causas estructurales de la violencia. Esta estrategia reformista de Kennedy, que se materializó en América Latina con la Alianza para el Progreso en 1961, competía, en el contexto de la Guerra Fría, con el discurso de apoyo a las
20. Véanse: Dennis Rempe, United States National Security and Low Intensity Conflict in Colombia, 1947-1965( Alberta: Universidad de Galgary, 1994); y Dennis Rempe, The Past as Prologue? A History of U. S. Counterinsurgency Policy in Colombia, 1958-66( Carlisle: Strategic Studies Institute, 2002). guerras de liberación en los países subdesarrollados que había promulgado el líder soviético Nikita Khrushchev en enero de 1961.
El presidente Lleras Camargo acogió muchas sugerencias de la misión del Gobierno de Estados Unidos, que insistía en la necesidad de impulsar el desarrollo nacional y los programas de rehabilitación, especialmente en el área rural. Desde abril de 1960, Lleras Camargo propuso un proyecto de reforma agraria, programas de acción cívica como la apertura de carreteras, ayuda médica y la construcción de escuelas en las zonas rurales. Pero estos programas gubernamentales se veían severamente limitados en algunas regiones, precisamente las más afectadas por las últimas etapas de la Violencia, donde las redes locales y regionales de los partidos Conservador y Liberal mostraban muchas dificultades para articular poblaciones que estaban organizadas por fuera de dichas estructuras.
La crisis agraria de aquel entonces, al igual que hoy, quedaba evidenciada en la extrema desigualdad de la distribución de la tierra y en la aguda pobreza de la población rural. En este contexto, el Plan Nacional de Rehabilitación y la Ley de Reforma Agraria, formulados por el Gobierno de Lleras Camargo e impulsados especialmente por Carlos Lleras Restrepo( 1966-1970), fueron concebidos como estrategias para impulsar el desarrollo industrial, modernizar el sector rural, mejorar las condiciones de vida de la población rural y fortalecer la democracia. Junto con estos propósitos, dichas políticas también pretendían“ impedir el estallido revolucionario en los países latinoamericanos”.
Ciertamente, durante la Violencia, la confrontación en algunas zonas del país se entrelazaba con la“ revancha terrateniente”, una suerte de venganza por las luchas campesinas de las décadas de 1920 y 1930. 21 La
21. Las reivindicaciones de líderes y organizaciones como el Partido Socialista Revolucionario, el Partido Agrario Nacional de Erasmo Valencia, la Unión Nacional de Izquierda Revolucionaria( unir) de Jorge Eliecer Gaitán, así como las luchas agrarias en Viotá( Cundinamarca), Chaparral( Tolima), Sumapaz( Cundinamarca), entre otras, fueron objeto de la“ revancha terrateniente”. Véase: Medófilo Medina,“ La resistencia campesina en el sur de Tolima”, en Pasado y presente de la violencia en Colombia, comps. Gonzalo Sánchez y Ricardo Peñaranda( Bogotá: Cerec, 1986), 233-267.
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