¿Y donde están los niños?
Por Fran Rodríguez
El Canarias ganó. Lo hizo en la ACB, lo hizo tras
más de dos décadas de ausencia. Los
aurinegros habían doblegado a un equipo con
un entrenador en edad de jubilación y con una
escuadra hecha, en su mayoría, con jugadores
becarios. Jugadores de esos que parecen
becarios de cualquier empresa española:
jóvenes y con talento. La única diferencia es que
estos jugadores cobran y los becarios no. Cosas
del deporte y cosas de la precariedad laboral.
En aquel partido de la primera vuelta, los
tinerfeños consiguieron la primera victoria de la
temporada ante un Cajasol imberbe por 68-79.
Mucho ha llovido desde entonces. Aquel cuadro
sevillano no ganaba ni en los entrenamientos,
no competía ni en los descansos. Mucha
juventud y mucho talento en ciernes que se
olvidaba que para construir un futuro, primero
hay que vivir el presente.
Entonces Aíto empezó a reconstruir su obra. No
le hizo falta mucho: un fichaje y otro. Rodney
Blakney, un base, y Latavious Willians, un
interior de altos vuelos. Mucha experiencia en el
primero, y mucho potencial y capacidad física en
el segundo.
Ahora el Cajasol no es un cuadro condenado al descenso.
Ahora pelea, lucha y sale de él. Y es que los andaluces
siguen siendo uno de los peores ataques de la categoría,
pero han mejorado en la defensa, en el rebote y en sus
pérdidas. Allí donde eran los peores, ahora son un
conjunto de piedra, sólido y riguroso. Los niños han
madurado y tanto lo han hecho que tienen las mismas
victorias (7) que el Canarias, uno de los clubes revelación
de esta liga.
Los canaristas llegan tras caer en tierras aragonesas en un
partido raro. Raro porque dio una de cal y otra de arena,
raro porque ilusionó y decayó en el mismo partido, raro
porque un equipo destinado a luchar iba a arrebatarle la
supremacía a un CAI que lucha por objetivos mayores. Al
final, los de Alejandro Martínez echaron en falta esa fluidez
que tuvieron en la primera parte del encuentro y que le
hizo conseguir solo 22 puntos en dos cuartos. Al final de
los finales, se impuso el juego exterior de Roll y Rudez
para sentenciar a un Canarias que vuelve a su fortín, al
Santiago Martín. Allí acumula cinco victorias y allí ha
basado su buena temporada.
El Cajasol aterriza en uno de los pabellones que se ha
convertido en inexpugnable en la ACB. No obstante, ya se
sabe que torres tan altas como el Centro Insular del
‘Granca’ han caído. Y es que el Canarias ya pudo con los
sevillanos, pero el tiempo y la varita de Aíto han hecho a
los andaluces diferentes. Esa misma magia hará que todos
vean un nuevo Cajasol, un nuevo equipo. Uno por el que
muchos preguntarán: ¿Y dónde están los niños?