*Viki Arvelo
Más allá del triple. Recibió, no miró a
nada ni a nadie, tiró… y metió. Cruzó los
brazos como una tijera y con ello cortó el
cuello de sus enemigos. La señal era
clara: el partido había terminado. El reloj
decía que acaba en un minuto y veinte
segundos, pero él repetía y negaba con
su cabeza: se acabó, se terminó, ¿qué
quieres que haga? Es que no hay más. El
marcador le daba la razón: 73-63.
El partido había sido duro, peleado.
Murcia lo dominó en un principio por su
defensa, por su presión a toda pista, por
su corre, corre que nadie pillaba (20-21).
El Canarias remontó en el segundo
cuarto con una defensa cruel, dolorosa,
de esas que ahogan tanto que asfixian en
ocho puntos en diez minutos (31-28).
Aunque los murcianos volverían a
comandar el partido (40-41) por medio
del carácter de Lewis y la esterilidad
ofensiva local, el Canarias retomó el
mando (52-49). Lo ostentaba por
regularidad, por dominio del rebote y por
el nefasto tiro exterior visitante (4/23). Sin
embargo, Murcia no caía ni se
despegaba (70-63).
Allí apareció él. Hizo lo que hizo, pero
antes había matado en silencio. Su
acierto llegó hasta los 24 puntos y su
actitud fue la guía de un Canarias que
sumó ante Murcia su sexta victoria en liga
(80-68). Su triple aniquiló el partido y sus
manos fueron las tijeras que marcaron el
final antes de tiempo. Aunque muchos lo
piensen y aunque las estadísticas lo
reflejen, ése no fue Saúl Blanco. Éste fue
un Saúl diferente, un Saúl enérgico, un
líder, una conexión brutal con los puntos
y con el público.
Este Saúl fue un Saúl sin apellido, sin
Blanco ni en blanco. Fue ‘Saúl Aurinegro’.
*Levi Rost // ACB media
Alejandro Martínez:
“Hemos trabajado muy bien
en el aspecto defensivo”
Txus Vidorreta: “El triple de
Levi ha sido decisivo”