Basket Marcha 2013 11 abril, 2013 | Page 41

SEGUNDA AUTONÓMICA San Matías-Radazul y Luther King-La Matanza, eliminatorias por el título El CB Guancha aseguró la permanencia en la última jornada a costa de un Santa Cruz que desciende junto al San Isidro Por Víctor Hernández Se esperaba, con expectación, la última jornada de la liga regular de Segunda Autonómica masculina con el fin de saber dos cosas: el orden que ocuparían La Matanza, Cajasiete San Matías y Luther King en la cabeza de la tabla; y qué equipo descendería junto al San Isidro a Primera Insular, CB Guancha o CB Santa Cruz. La primera de las cuestiones tuvo un fuerte impacto el lunes por la mañana, a escasas horas de la disputa de los partidos, después de que el Comité de Apelación ratificara el fallo del Comité de Apelación y dejara a La Matanza sin la victoria conseguida deportivamente en Radazul, y además, quitándole un punto más de la clasificación. Y es que esta resolución cambiaba mucho las cosas. La primera, que La Matanza ya no tenía opciones de acabar entre los dos primeros de la tabla, un mérito al que únicamente aspiraban San Matías y Luther King; y la segunda, que el equipo de Alexis Armas, incluso, podía acabar cuarto en caso de perder en la pista lagunera y de que ganara el Radazul. Todas estas cábalas no tuvieron ningún giro inesperado, porque en la última jornada no se vivió ningún cambio de posición. El Cajasiete San Matías, por un lado, ganó en la pista del CB Tacoronte (60-68), aunque una vez más tuvo que recurrir a su magia en el último cuarto para hacerse con la victoria. El grupo de Miguel Cano, de este modo, acababa primero la liga regular, con sólo dos derrotas en su casillero, si bien este último triunfo no le habría hecho falta, ya que su inmediato perseguidor, el Luther King, también perdía, en el partido de la jornada, ante el CB La Matanza por 68-77. El encuentro, que iba a resultar muy atractivo por lo mucho que había en juego, resultó intrascendente, aunque fue una buena prueba de lo que se vivirá entre ambos en su serie de semifinales. Los matanceros, heridos en su orgullo (habrían acabado campeones de la liga regular de no ser por el dictamen), quisieron darse un baño de autoestima y lograron un triunfo merecido ante uno de los mejores equipos de la liga.