Roberto Guerra vuelve a ser el referente
El escolta grancanario se está convirtiendo, poco a poco, en el jugador que quieren imitar los
canteranos
Por Miguel Peñate
A pesar de haber llegado por la puerta de atrás,
Roberto Guerra, gracias a su trabajo, se está
haciendo un hueco en la primera plantilla de la
entidad de la Vega de San José.
En un principio, el jugador del año 1983 iba a
defender los intereses del LEB Plata, pero las
lesiones en el primer equipo hicieron que Pedro
Martínez lo reclamara y que le fueran haciendo
varios contratos de 15 días.
Pablo Melo está echando en falta a Roberto en sus
filas, ya que el rol del isleño era el de ejercer de líder
de este conjunto, pero todo el mundo, en la
estructura deportiva amarilla, se alegra de esta
segunda oportunidad de un alero que ha dado
muchas tardes de glorias a los aficionados que
acuden al Centro Insular de Deportes.
Su buen hacer en los entrenamientos y su sobriedad
cada vez que salta al parquet se han traducido en
que el máximo responsable amarillo le esté dando
mucha confianza. Y no sería de extrañar que el
grancanario se hiciera con una plaza en lo que resta
de temporada.
Con el paso de las jornadas, Roberto se está
ganando en la pista una mayor cantidad de minutos.
Su versión defensiva está siendo muy buena, y
ahora sólo le falta adquirir la confianza necesaria en
ataque para volver a convertirse en uno de los
referentes amarillos.
Sus ganas han hecho que cada vez que salta a la
pista, el público se vuelque con él. Esta
circunstancia hace que el jugador salido de la
cantera del
Salesianos, y que también militó como canterano en
el ‘Granca’, se sienta como un niño con zapatos
nuevos con esta oportunidad de estar de nuevo en la
élite.
Las últimas campañas para Guerra han sido
complicadas porque las lesiones no han sido su
mejor aliado, pero en esta campaña parece que todo
ha cambiado y que está recuperando el punto físico
que le hizo marcar diferencias en un pasado no muy
lejano.
En Gran Canaria se echa en falta, desde su marcha,
un referente salido desde las categorías más
pequeñas, y por ello el jugador que está a punto de
cumplir los 30 años puede volver a ser el espejo en
el que se miren las jóvenes promesas que tratan de
aprender día a día y cuyo sueño es llegar algún día
a jugar en la Liga Endesa con el club de su Isla.