Carles Biviá
El Carles Biviá de la LEB Oro era atrevido, superior, anotador, estelar y hasta
asistente. Si alguien quería enamorarse de un base en la categoría, él y Sabat
parecían los más indicados. Su explosividad y su velocidad de piernas
complementan el raudo juego canarista y la paciencia de Uriz. Sorpresa es la
mejor palabra para definirlo, buena o mala es el añadido por descubrir.
Jaime Heras
El gran capitán de la década. Jaime Heras lleva más años en la entidad
aurinegra que Alejandro Martínez, y ya es decir. El tinerfeño puede ser el
cupo nacional que juega de cero a cinco minutos o el escolta y alero
todoterreno que mata y muere por su equipo. En la preparación ha sido
mucho más lo segundo que lo primero, pero ya se sabe que de la
pretemporada no come el hombre.
Jesús Chagoyen
El jerezano tiene más arte que cualquiera y más empeño que ninguno. La ACB
se le ha aparecido de nuevo a este andaluz que no descansa ni cuando
duerme. No tiene que ser el máximo anotador ni tampoco ninguna estrella, pero
sí un jugador de equipo. Ésa es su mejor baza, y en eso Chagoyen no tiene
igual.
Fotios Lampropoulos
El griego puede ser el multiusos más rentable. A pesar de su corta estatura para la
categoría, Fotios es versátil y rápido. Puede ser el segundo interior de la rotación o
el quinto. Hay jugadores con más calidad, pero también muchos con menos. Su
nivel es ACB sin problema. Puede que en Europa duden de la solvencia de Grecia,
pero de este griego nadie desconfía.
Saúl Blanco
El fichaje más mediático del Canarias. Su polivalencia y su calidad lo valen.
Junto a Richotti puede rememorar de alguna manera aquel fantástico dúo que él
y Olesson formaban en Fuenlabrada. Ya ha dicho que no quiere ser el Saúl
Blanco de Fuenlabrada o el de Málaga, sino el Saúl Blanco del Canarias.
Metáforas aparte, Blanco debe ser lo que algún día fue.
Levi Rost
Tiro exterior, rebote, defensa, recuperaciones, altura, actitud, trabajo,
profesionalidad… Levi Rost lo tiene todo y más. Su primera experiencia ACB
le llega con el equipo que le ha dado muchas y grandes cosas. El de
Michigan no defrauda nunca, pero sobre él, en la ACB, siempre pesa una
duda: ¿Vale la pena que ocupe una de las plazas de extracomunitario?