Basket Marcha 2012 17 octubre, 2012 | Page 6

Sin milagro de Santiago Por Fran Rodríguez El Canarias fue a Santiago a por el milagro y la victoria. Algunos coincidirán en que es lo mismo y otros en que es otra frase periodística sin sentido. Sea como sea, los canaristas no lo lograron. Los de Alejandro Martínez sufrieron su tercera derrota en la liga ante un Obradoiro que completa un trío de triunfos de leyenda, un inició histórico para una historia de esfuerzo y dedicación. Los tinerfeños cayeron por pérdidas (15), por errores que no lo debieron ser y por el acierto de un rival liderado por un Junyent eterno (20 puntos y 6 rebotes), un Corbacho de metralla (cinco triples) y un Kendall de incógnito pero efectivo (15 puntos, 8 rebotes y 4 asistencias). Sin embargo, el Canarias mostró su lado B, su otra mitad. Los canaristas mejoraron su defensa y su rebote, forzaron los errores de un rival desconocido por momentos y mostraron una solidez que la ACB no había conocido en este Canarias. Con ello, los aurinegros pudieron competir y morir cuando se tiene que morir: cuando llega el final y no n el tercer cuarto. Así, Alejandro Martínez y los suyos pudieron rebajar sus puntos en contra (71), sonreírle a la suerte con canastas tan inverosímiles como la que consiguió Richotti desde su campo y lograr lo que para algunos parecía un milagro: ser competitivos. El Canarias regresó del Fontes do Sar sin el milagro de Santiago, pero un milagro no quita otro: este Canarias es diferente. *Levon Kendall tapona el tiro de Blagota Sekulic // ACB Photo No te vayas, Levi No al menos este Levi Rost, no esta versión. El de Michigan fue el líder indiscutible de un Canarias que se amparó en su lucha por el rebote, en sus castigos a Corbacho y en sus triples para sostener un partido que dominó en muchas fases. Levi Rost despistó con su partido ante el CAI (0 puntos, 0 rebotes y 0 asistencias), pero contra el Obradoiro demostró que puede ser el extracomunitario que necesita el Canarias (14 puntos y 4 rebotes). Que su irregularidad desaparezca, los canaristas lo necesitan: no te vayas, Levi.