Barça 110 Febrero - Marzo del 2022 | Page 37

rentes posiciones hasta que poco a poco van definiendo su rol , pero Adama enseguida se especializó en la posición de carrilero derecho , desde donde conducía por toda la banda regateando y superando a rivales por pura velocidad . Los rivales se veían incapaces de superar a un jugador que no se cansaba una y otra vez de subir y bajar por la banda y regalar asistencias al delantero centro Marc Gual .
El salto al fútbol 11 A Adama , y también al resto de sus compañeros , les costó mucho el salto del fútbol siete al fútbol 11 que se daba en alevines , pero la suerte que tuvieron es que se encontraron con un entrenador especial , Albert Puig , que recuerda que Adama “ tuvo como todos dificultades para adaptarse a los nuevos tamaños del terreno de juego ”, pero resalta las cualidades innatas de quien ya lucía el ‘ 7 ’ en la camiseta : “ Adama era muy rápido y tuvo que aprender a acostumbrarse a la regla del fuera de juego y también a tener un punto más de pausa , ya que sus incursiones por la banda eran tan eléctricas que a menudo cuando llegaba a la línea de fondo centraba pero ningún compañero podía rematar porque no habían podido seguirle el ritmo ”.
Al margen de sus cualidades futbolísticas , Adama era siempre muy querido en el vestuario por su humildad y sencillez . Era un chico tímido e incapaz de tener un conflicto con ningún compañero ni miembro del cuerpo técnico de su equipo . Los entrenadores sí que lo ayudaron a superar a veces cierta tendencia a despistarse . Franc Artiga , su entrenador en el Cadete B , relata una anécdota curiosa : “ Un día íbamos en autocar a jugar un partido y al cabo de un rato vimos cómo Adama venía detrás corriendo porque se había despistado . Era tan rápido que corrió casi medio kilómetro sin perder de vista el autocar , nos reímos mucho , Adama era muy querido en el grupo ”.