maba la mejor decisión . Y aunque en prebenjamines pocos balones aéreos había , Èric tenía un imán en la cabeza a balón parado . Defensivamente era bastante alto y temporizaba muy bien en las acciones de 1 contra 1 , y era muy difícil de superar por su juego de piernas y posición defensiva en tensión , algo muy poco habitual en esta edad . También destacaba su sentido de la anticipación : como estaba atento y entendía muy bien el juego siempre estaba en disposición de llegar antes que su marca en muchas acciones , aprovechaba su gusto por vivir el juego para sacar rédito . Por su alta capacidad de entender el juego hubo algunas ocasiones en las que Èric jugó a medio campo , donde también mostraba un gran nivel de juego .
Pero destacaba aún por una virtud mejor : su capacidad y voluntad de aprendizaje . Èric era una esponja ; no quería dedicarse sólo a jugar , sino que quería saber cosas nuevas , entender muchos porqués y poner en práctica con valentía aquellos consejos que se le daban . Tenía mucha hambre de aprender , y era realmente reconfortante ver cómo disfrutaba cuando practicaba nuevas acciones y tenía éxito .
La Escuela se le quedaba corta A medida que avanzaba la temporada Èric iba adquiriendo un ritmo de juego más elevado , pero el nivel de exigencia de los entrenamientos y partidos se le quedaba corto . Fue entonces que con los coordinadores de etapa decidimos que viniera