BAO Nº 24 Diciembre 2019 BAO Nº 24 Diciembre 2019_ | Page 81

En uno de los capiteles de la Basílica de San Prudencio de Armentia (Vitoria-Gasteiz) se puede aprecia una mujer enseñando el trasero situada tras una enorme vulva. El senderista desciende hacia el Valle y se acerca a una ais- lada ermita cercana a Zalduondo (Araba). Curiosea por su pe- rímetro y de pronto se muestra perplejo aunque pronto comienza a sonreír. Allí, cincelado en un canecillo, un hombre muestra abiertamente sus genitales. ¿Es posible semejante fi- gura en una iglesia católica de hace diez siglos? Obviamente, la respuesta es sí. El románico se desarrolló entre los siglos X y XII e incorporó a su variada iconografía re- presentaciones eróticas y reproductivas que en la Península Ibérica encuentran su mayor expresión, allí donde confluyen las tierras de Burgos, Cantabria y Palencia. En Euskal Herria su im- pronta fue menor, pero aún así, quedan algunos bonitos ejem- plos del mismo, como luego se verá. Parece extraño poder ver en iglesias, ermitas o monasterios representaciones explícitas de los genitales humanos, de coi- tos o de comportamientos “lascivos” según la mentalidad de aquel tiempo. Y la pregunta que se hacen los estudiosos es: ¿Por qué? 81