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ENFRENTANDO EL MIEDO
Es normal sentirse algo nervioso al nadar en aguas abiertas, especialmente cuando estás lejos de la orilla. Establecer objetivos alcanzables, como nadar hasta la próxima boya te ayudará a concentrarte y mantener la calma mientras disfrutas de la experiencia. Con la preparación adecuada y la actitud correcta, esta disciplina puede convertirse en tu nueva forma favorita de entrenar y disfrutar del agua. ¡ Que empiece la aventura!
LA NATACIÓN EN AGUAS ABIERTAS NO ES COMO LA PISCINA
Aunque puedas ser un experto nadador en una piscina, las aguas abiertas presentan desafíos adicionales, como las corrientes, las olas y la visibilidad reducida. Una de las habilidades más importantes en esta disciplina es la capacidad de adaptarse a las condiciones cambiantes del agua. Además, un nadador acostumbrado a entrenar en piscina podría sentirse fatigado mucho antes en aguas abiertas, debido a la falta de descanso y a las condiciones impredecibles.
LA TÉCNICA LO ES TODO
El crol es la técnica más eficiente en aguas abiertas, sin embargo, es crucial mantener una alta frecuencia de brazada y practicar la fuerza bilateral. Esto te ayudará a enfrentar las condiciones cambiantes y mantenerte en el camino, incluso cuando la visibilidad sea baja y haya distracciones como otros nadadores o algas.
NO OLVIDES EL EQUIPO ESENCIAL
El traje de neopreno es fundamental cuando nadas en aguas abiertas, especialmente cuando las temperaturas bajan. Se recomienda usar uno de manga larga, ya que te proporcionará flotabilidad y te ayudará a mantenerte más cómodo en el agua. Además, asegúrate de que el traje se ajuste bien, especialmente en las áreas de los hombros y caderas, para maximizar tu libertad de movimiento. Otro equipo imprescindible son las gafas. Se sugiere tener dos pares: uno claro para días nublados y otro que filtre el sol. También es recomendable usar un gorro de baño brillante para aumentar tu visibilidad, especialmente en aguas abiertas.
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