Automóviles y Caminos 2009 | Page 72

Camioncito con la estatua de bolívar Trujillo 1926. 72 Essex y la muerte del doctor hernández Cuenta Alfonso Márquez Añez que él tenía siete años cuando llevaron a Trujillo la estatua del Libertador que en diciembre de 1930 inaugurarían en la Plaza Bolívar. Los días anteriores anunciaron el acontecimiento por lo que la gente y en particular la muchachera, se preparó para un grandioso recibimiento, creo que no precisamente del monumento como del camión de tres toneladas encargado del transporte. La verdad es que fue un suceso celebrado desde La Concepción, por donde pasaba la Trasandina y unía con la vía que llevaba hasta Trujillo. La entrada del camioncito a la ciudad fue entre aplausos y vítores de la gente para la que aquello constituía un acontecimiento que al niño Alfonso le causó mayor impresión que cuando vió el primer automóvil, aunque no recuerda exactamente cuándo ni cuál fue. Foción Araujo y Juan José Carrillo tenían sus carros y por lecturas el doctor Márquez sabe que fue el gobernador del Estado, general Timoteo Omaña, quien en 1915 llevó el primer automóvil a la capital trujillana valiéndose del coronel Lorenzo González Pacheco para que lo condujera. Márquez Añez refiere que en 1946 pudo adquirir su primer automóvil propio, siendo el vendedor el doctor Fabricio Gabaldón, médico, padre de Juancho, quien trabajó para el Banco Venezolano de Crédito y desarrolló la urbanización Santa Paula, en El Cafetal, Caracas. Era un Studebaker 1941 de cuyo rendimiento nunca tuvo quejas pues le sirvió sin contratiempos mientras lo utilizó en Caracas, en donde residía. Fue suyo hasta que en 1947 se mudó para Barcelona como jefe del impuesto sobre la renta en la región; allí le asignaron un vehículo oficial. El 13 de septiembre de 1899 tuvo lugar el primer accidente fatal que recuerde la historia mundial del automóvil. H. H. Bliss habría sido la víctima del arrollamiento ocurrido frente al Central Park, en la ciudad de Nueva York. Todavía muchas personas creen que la muerte del doctor José Gregorio Hernández representa el primer accidente automovilístico en la historia caraqueña cuando lo cierto es que, de acuerdo a los registros hemerográficos, el 12 de julio de 1913 tuvo lugar el primer choque entre dos automotores, uno conducido por el joven Gustavo Zingg, hecho ocurrido en la esquina de Las Gradillas, el cual provocó conmoción pública al punto que hubo necesidad de redoblar la presencia de policías para restablecer el orden. En el accidente se vio involucrado otro vehículo propiedad de la Casa Blohm. Tanto por el escaso número de automóviles que circulaban en 1919, así como por la poca velocidad que desarrollaban, los accidentes de tránsito podían considerarse realmente excepcionales aunque los enemigos del automóvil insistían en campañas tendentes a resaltar los peligros de la velocidad y el alto riesgo social que significaría la progresiva incorporación de automotores a la vía pública congestionada por coches y tranvías. La prensa de las primeras décadas registra junto a las noticias acerca de la aparición del automóvil, la presencia de la peste de los accidentes. En 1912, El Universal ofrece una caricatura que bien puede considerarse parte de la campaña contra los automóviles o alerta sobre las implicaciones de la presencia de tantos autos. No obstante, las páginas del periódico ofrecen en cantidad avisos promocionales de los nuevos modelos. Los primeros argumentos en contrario los corroboraría el percance -sin lesionados- del joven Zingg.