Museo de puertas abiertas
Planta de ensamblaje
Los Cortijos de Lourdes, Caracas, 1963.
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En 1970, las diligencias de Guillermo José Schael, Eugenio Mendoza,
Antonio Agostini así como de activistas de las AAAA, dieron forma a la
Fundación Museo del Transporte, cuya colección de automotores recoge el
2008, un centenar de piezas representativas de un siglo de historia automovilística.
El primer automóvil ingresado al
Museo fue el Ford dos pa?cuatro azul
propiedad del coleccionista Asdrúbal
Fuenmayor. «El sitio todavía estaba
lleno de tractores y escombros pero
traje mi carro para dar ejemplo a otros
propietarios dispuestos a contribuir a
darle forma al Museo».
La Cuatro A perdió fuerza pero
sirvió a una causa mayor como botón
de arranque del Museo y contribuir a
que el coleccionismo ganara momentos
luego distorsionados por ciertas medidas económicas del año 1983 y siguientes, determinantes de que algunos
propietarios empezaran a vender en el
exterior sus mejores carros.
Sin embargo, queda todavía una
buena cantidad de piezas notables,
menos en el Museo del Transporte que
en garajes privados además de tantos
carros entresacados de las chiveras y
solares abandonados por gente entusiasta.
Desaparecida la AAAA, hace
treinta años nació Le Pur Sang, una
de las asociaciones de propietarios de
carro. Alfredo Bruck, Lorenzo Centeno y Nelson de La Rosa, vinculados a
Le Pur Sang, son reconocidos como
auténticos maestros de la restauración
de autos antiguos y clásicos.
«Algunos coleccionistas también
restauran sus propios autos», hace la
salvedad Centeno. Pero el ideal es recurrir a algunos de los expertos , agrega
el coleccionista Antonio Valbuena, propietario de uno de los tres Mercedes 300
Ala de Gaviota que aún tenemos en el
país. Entre sus clásicos deportivos figuran un Corvette de 1956, MG y Jaguar
Cuando un grupo se separa de Le
Pur Sang, nace en Caracas, AVAAC o
Asociación Venezolana de Automóviles
Antiguos y Clásicos, establecida en
1990 por Jorge Bello Domínguez y
Leonardo Casadiego. Agrupa a coleccionistas con apreciable bagaje de carros americanos de 1930 a los 70.
Refiere Bello que el año 1990, parte del grupo de propietarios comenzó
a concentrarse en el estacionamiento
del Mc Donald´s, en la Plaza La Castellana, luego de frecuentar las reuniones
celebradas en el pequeño centro comercial en La Florida, sitio de reunión de
miembros del ya antiguo Club Le Pur
Sang. Allí nació la idea de formar una
institución con la particularidad de
agrupar a todo tipo de autos, cuyo único requisito para la época, era ser antiguo y/o clásico, en consecuencia,
luego de meses y meses transcurridos,
y de muchísimas ideas, nos trasladamos
a la sede de un taller mecánico cuyo
propietario poseía un carro clásico. Allí
participamos la noche del día 18 de
enero de 1991, las siguientes personas,
que repito en su mayoría teníamos más
de un año madurando la idea, Jorge
Bello Domínguez, Vache Karacachian
Guiragosian, Pedro Antonio Vásquez
Perdomo, Edgar Enrique López Rivas,
María Eugenia Rodríguez Morales,
Juan Federico Moreno Escalona, Martín Vicente De Gregorio Meléndez,
Lynn de Mille, Jean Paul Mille, Arnold
Francisco Araque Angola, Artur Da
Silva, Marta Miñano y Leonardo Casadiego; todos propietarios de autos
antiguos y clásicos.
La agrupación sería denominada
Grandes Máquinas Americanas pero
luego, de consenso, optaron por Asociación Venezolana de Automóviles
Antiguos y Clásicos -AVAAC-.
Para los últimos domingos de cada mes cursa una invitación abierta de
AVAAC dirigida a todos los coleccionistas del país a fin de encontrarse en
el Museo del Transporte, sede de dicha
asociación.