El sí hace trampa,
la división hace otro,
ya no importa.
El rostro se desencaja,
se abre al abrazo,
al abandono del llanto.
Y llorar,
llorar,
L
L
O
R
A
R
Abandonando la pregunta
en el sentir:
¿Cuál existencia, Natalia?
¿Cuál verdad?
Habrá que fracasar,
quebrar el propio abandono
Cancerígeno
al sí mismo,
para decir:
“Es la otra a quien siento”
El espasmo choca al encuentro
piedra a piedra,
cuerpo a cuerpo,
viento al agua y
agua al fuego.
Con todo lo que soy,
tan yo, tan nada,
tan encuentro…
y todo lo que tengo,
soy yo,
soy nada
soy todos:
Sonrío
No en este rostro:
En el reflejo.
Autarquía
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