Psicología
Cuando hablamos del término “hacer el amor” general-
mente nos viene a la mente la imagen de una pareja he-
terosexual teniendo coito, nada grave y nada fuera de lo
común: sudor, gritos y cansancio. Así es como el sexo
debe ser, ésa es la imagen que se tiene de él, por lo menos
en público, y eso es aburrido. La realidad acá afuera es
aburrida. Las personas tienen que fingir que no gozan
en la privacidad, la pornografía se esconde en casa, la
masturbación también, las perversidades que pasan por
la mente del individuo no caben ahí, ni siquiera en el es-
trecho espacio que hospeda una relación. El ser humano
es un pervertido por naturaleza y no sabe cómo decirlo,
en verdad no es su culpa, ¡nos han corrompido!, lo que
hay en el hombre de hoy es su relación con el hombre de
ayer, cada una con un agregado distinto