En 1969, con el lanzamiento del Apolo 11, la misión requería que el módulo lunar rozara la superficie de la Luna y “olfateara” el terreno para comprobar que era un lugar seguro para que aterrizase el Apolo 11, así que en honor al sabueso, la tripulación llamó al módulo lunar Snoopy y al módulo de comando Charlie Brown, su propietario y amigo fiel.
Si conoces Snoopy sabes que es un perrito muy versátil: escritor, golfista, aviador, bailarín, chef… la lista es larga, y dentro de sus actividades, también encontrarás que es colaborador de la NASA. Esta historia empezó desde que la agencia planeaba el viaje del hombre a la Luna.