Vale la pena observar por un momento la imagen de portada del LP Chet Baker & Crew , editado por el sello World Pacific en 1956 . Una crítica musical no puede hacerse de manera eficaz con sólo mirar las portadas de los álbumes , pero cuando la imagen del jazz , y la de un jazzman en particular , se halla en el centro de una discusión , a menudo tiene sentido analizar todo el conjunto . La fotografía de la portada , tomada por William Claxton , muestra a cinco hombres en un velero . Cuatro de ellos están sentados en primer plano gozando de la luminosidad de una tarde en la costa del Pacífico , aunque sólo el bajista Jimmy Bond usa gafas de sol . Es un grupo racialmente mixto , lo que todavía era algo inusual para la época y provocaba sonoro rechazo en varios territorios de los Estados desUnidos . Los hombres miran hacia adelante pero no al foco de la cámara . Tres de ellos comparten una broma , mientras que el baterista Peter Littman está recostado sobre un lado , pensativo . Encima de ellos se cruza una llamativa diagonal vestida de blanco y negro : es Chet Baker . Se aferra con una mano a una de las velas del yate ; está inclinado sobre el agua , con la trompeta en la otra mano , pegada a sus labios . Sacada de contexto , podría ser casi una imagen de ballet moderno , quizás algo coreografiado por Jerome Robbins , basado libremente en los viajes de Ulises o en Jasón y los argonautas . La pose no está desprovista de un cierto componente mítico .
Es , de nuevo , la figura del joven con un instrumento de viento ( young man with a horn ). Sus asociaciones son heroicas y , sin embargo , los cuatro hombres en primer plano parecen tender a ignorar a su líder , desentendiéndose como uno podría hacerlo de las payasadas de un hermano menor o de un amigo algo borracho . Es una imagen juvenil , llena de energía y optimismo , pero también permite interpretaciones más oscuras . Uno puede imaginar el sonido de la trompeta de Chet resonando en la bahía de San Francisco ( si ese es el lugar ), más que sobre el lago Pontchartrain , un grito de desafío y autoafirmación , pero también de dolor y confusión . Un historiador de arte o crítico
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