precisión o comprender las progresiones básicas de los acordes podía resultar un problema , una desventaja y , en ocasiones , una auténtica molestia . Según el pianista Russ Freeman : “ Era frustrante . Les dabas a los demás músicos los acordes y Chet todavía no sabía de qué estabas hablando . Sin embargo , cuando le dabas la melodía y la letra , allí estaba él . Conocía todas las viejas canciones , incluso viejas canciones country de las que nadie más había oído hablar o que ya nadie recordaba . Creo que algo de eso se remonta a su infancia . Así debía de ser .”
Decir que Chet era armónicamente simple es una descripción más que una crítica . Lo que a él lo afectaba , ante todo , era la melodía . Con el paso de los años , convertiría una melodía en particular en algo así como su propia firma , del mismo modo que John Coltrane tomaría una melodía popular para convertirla en una especie de manifiesto o himno . Pero lo que Chet Baker hizo con “ My Funny Valentine ” fue radicalmente diferente al recorrido de Coltrane con “ My Favorite Things ” ( el ligero parecido de los títulos de alguna manera refuerza la comparación ). Mientras que Trane convirtió “ My Favorite Things ” en una meditación giratoria similar a un raga , Chet pasó sus últimas dos décadas buscando los espacios entre las notas en la música de Richard Rodgers para “ My Funny Valentine ”, y nuevos énfasis en los versos de Lorenz Hart para el mismo tema . La canción pertenecía originalmente al espectáculo de Broadway de 1937 Babes in Arms ( que también ofreció la recordada “ The Lady Is a Tramp ”) y fue cantada en el show por Mitzi Green , quien había comenzado su carrera como actriz en la infancia , interpretando a Becky Thatcher en adaptaciones cinematográficas de Tom Sawyer y Huckleberry Finn . También interpretó el papel principal en Little Orphan Annie . Quizás todo esto no parezca tener la menor importancia , pero está claro que a lo largo de su vida profesional , Chet parecía querer regresar a un estado más joven en su música , encontrar el meollo de una melodía infantil pura en el corazón de una canción que se había convertido
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