IDENTIDAD | IDENTITY 69
MI CIUDAD
Asunción, che rendá, tierra herida, de calles abiertas como cicatrices viejas, donde el tiempo, terco, las deja expuestas y el agua, su cómplice, las vuelve a colmar.
Mbopis risueños bajan de los cielos, se bañan, se zambullen, juegan en el suelo. ¿ Acaso no saben que el charco es herida? ¿ O buscan la vida donde todo vacila?
Ríen, sacuden sus alas mojadas, chapotean en perlas que el sol hace brasa. Mientras, allá lejos, el grito del pueblo se quiebra en el aire con dulce desvelo.
Oh, Asunción, ñande sy, ciudad de contrastes, tu alma es mosaico de tiempos distantes. Eres oro en las cúpulas, sombra en los muros, silencio en siesta, fulgor en apuros.
Tus calles cansadas de piedra y de polvo, conducen los pasos de un pueblo que es todo. Y vos, pytagua, extranjero que miras, ¿ ves solo el barro o el vuelo en la brisa?
Porque aquí la vida se alza y resiste en charcos, en risas, en voces que insisten. Asunción no muere, despierta y persiste y hasta en su herida la lluvia la viste.
LUCIANA SANCHEZ