Arte Scoprire 1er Volúmen | Page 48

La pérdida de la inocencia como la felicidad futura que igualmente es reflejada en la muerte de su hermana que apenas llego a los 15 años que fue cuando apenas perdía la inocencia y la felicidad que le fue arrebatada antes de tiempo. “La nube obscura, que la muchacha proyecta detrás sobre la pared, alude tanto a la pérdida de inocencia, desnuda en un ambiente desnudo, sentado en una cama de la que no se ve ni principio ni fin, la muchacha mira fijamente hacia delante con los brazos cruzados sobre el pubis, y el gesto indica que su turbación está vinculada al descubrimiento de la sexualidad” (Bischoff, 2000: 34) “No es necesario más para expresarla hace sesión entre sexo y miedo: una cama para hablar de una existencia sometida a las leyes incomprensibles del amor y de la muerte, una sombra sobre la pared para indicar el conflicto psíquico, una amenaza que no viene de fuera sino del caótico deseo del cuerpo.” (Durá y Saborit, 2002: 2293).

Él tenía de la primera tentación erótica, es recurrente entre los pintores simbolistas, pero, en general, es representado a través de la fórmula soñadora de la bella durmiente.

Para el autor se trata de un busco despertar carente de encanto en concluso ahí donde parece prevalecer la magia del deseo, se advierte la presencia inquieta de un demonio.

Se invierte en la relación entre elementos obscuros y claros, blanco el vestido, oscuros los troncos que sustituyen en la empalizada, y en el lugar de las sombras se erige una columna de luz sobre el agua, el punto de vista acercado vuelve la frontalidad de la muchacha que atrae como un imán.

Está llena todo el primer plano, y el cuerpo, que el margen inferior corta la altura de la pelvis, sin marca hacia el espectador como una ofrenda. Y parece empujada hacia delante por la energía y resistible que manda en la probeta luminosa del reflejo de la luna sobre el agua, mientras los troncos, como barrotes, transforman el espacio abierto en una prisión.2

La pubertad en 1894, Óleo sobre lienzo, 151,5 x 110 cm.

En Nasjonalgalleriet, Oslo.