ARQUITECTURA SIGLO XIX ANTOLOGÍA | Page 71

Historicista Publicación de internet ARQUITECTURA HISTORICISTA El historicismo, también llamado romanticismo, se desarrolló principalmente en el siglo xix y principios de xx concentró todos sus esfuerzos en recuperar la arquitectura del pasado. Fue para imitar estilos arquitectónicos de otras épocas mediante la incorporación de algunas características culturales de ese siglo, mientras que la arquitectura ecléctica se dedicó a mezclar estilos para dar forma a algo nuevo. Historicismo: una tendencia en la arquitectura mundial del siglo XIX, basada en la imitación del estilo de épocas pasadas. Una dirección involuntaria y ecléctica, que consiste en abandonar el deseo de crear un estilo que corresponda a las condiciones históricas y sociales actuales, a favor de imitar los grandes estilos del pasado en el arte y la arquitectura. Inicialmente, se basó en el clasicismo opuesto y el interés en el pasado, estudiado de una manera científica. Él coincidió con el romance en el arte y la literatura. Surgió de un anhelo romántico de lo que está muy lejos, detrás de la historia y la naturaleza desinhibida. Un hombre románticamente afinado huyó de la comunidad, buscó la soledad, lo personal, lo nativo y lo popular, buscó lo informe y la libertad, en oposición a la coerción profesional y social, la simplicidad que linda con el primitivismo. Estaba en contra del racionalismo, la frialdad y la altivez característica del clasicismo. También había incertidumbre sobre el presente detrás de todo esto. Se pueden destacar varias corrientes, como las neobizantinas, neomudéjar y neobarrocas, aunque la que más resonó fue la neo-gótica practicada en las Islas Británicas, que se basó, como su nombre indica, en una nueva resucitado gótico. Entre los edificios hechos de acuerdo con este estilo se destaca el Parlamento británico, diseñado por AW Pugin (1812-1852) y Charles Barry (1795-1860). También fueron importantes algunas variantes orientales, como la Neo-gótica-india, de la cual el Royal Pavilion de Brighton, de John Nash (1752-1835), es un ejemplo. En España, la corriente neomudéjar se destacó, como expresión de un estilo nacional.