Historicista
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ARQUITECTURA HISTORICISTA
Pero la línea habitual del neogótico es la que presenta la obra con un repertorio más o menos amplio de
elementos ornamentales y con la visión a la que todos estamos acostumbrados: el arco ojival, los pináculos
y torres de marcado carácter ascensional y, en general, una recopilación de piezas que iban desde las
aplicaciones escultóricas a las más variadas muestras de pintura decorativa. Todo ello había sido
recopilado años antes, especialmente en Francia, y discurría por los estudios de arquitectura o
simplemente por las bibliotecas de los eruditos. A este proceso debemos sumar un movimiento de gran
importancia como es la renovación que experimentaron las diferentes iglesias cristianas. Dejando a un lado
el caso de la ortodoxa, que siguió fiel a la arquitectura bizantina, la renovación religiosa comenzó por la
iglesia anglicana que ahora recibe un notable empuje, apoyándose en el expansionismo británico.
El caso de la Iglesia católica es de otra índole: presionada por un sentimiento racionalista que invadía a
parte de sus propios fieles y violentada su cabeza por la reunificación italiana, inicia una campaña
encaminada a fortalecer la figura papal (ese es uno de los pilares del Concilio Vaticano I) y a su vez a
enriquecer su liturgia como forma de afrontar los ataques de un laicismo cada vez más fuerte.