Arias y su enfermedad sexual Suplemento Oscar Arias | Page 17
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“Desde el día uno ya él tenía planeado algo, porque me llevó a un espacio donde no
nos sentamos públicamente. Me llevó a un restaurante donde nos cerraron la puerta porque
él parecía que hacía con regularidad ese tipo de reuniones, supongo”.
El segundo encuentro
El segundo evento, según Antillón, se dio en la Casa de la Victoria, un lugar donde se
reunían los liberacionistas (como el Balcón Verde), ubicado en Sabana Oeste, y en el cual
Óscar Arias tenía su oficina en el segundo piso.
“Me preguntó sobre qué temas se le tenía que brindar información a periodistas.
Había una huelga para ese momento y sugerí que temas sobre trabajadores. Él dijo que iba
a tener una agenda personal de temas. Le dije que yo nunca había funcionado así. Luego se
levantó, cogió mi mano y me la puso en su pene, que claramente estaba erecto. Yo lo aparté
con la mano, tiré la silla para atrás, me levanté, él se me abalanzó, me cogió de los hombros
y me tiró contra el ropero que tenía la puerta abierta. Luego me puso los brazos a los lados,
como que me encarcela y me pone su boca en mis labios. Yo cierro los labios y él me
vuelve a poner mi mano en su pene, lo vuelvo a tirar y boto una silla, luego tocaron la
puerta, por suerte”.
A partir de ese momento, Antillón cuenta que se comenzó a preguntar “¿qué pasó?,
¿por qué?, ¿qué hice o cómo colaboré en esto?”. La periodista agregó que a partir de ese
encuentro solo asistía acompañada a reuniones con el entonces precandidato.
Tres décadas después de lo sucedido, Nono Antillón afirma que leyó el reportaje en
UNIVERSIDAD y sintió un hipo, como un vómito instantáneo. “Solo acaté a decir, yo le
creo, porque a mí me hizo algo igual”.
“Si a mí un abogado me dice que puedo reabrir el caso, lo hago. Si se puede hacer
eso en Costa Rica, aquí tiene a una persona que tiene disposición. No le tengo miedo ni a
Óscar Arias ni al descrédito, porque yo no vivo de los aplausos ni de las críticas. Soy un ser
humano con claridad mental y facilidad de palabra, puedo ponerme al servicio de la que se
traba, de la que no puede decirlo y de la que no puede ser contundente”, dijo.
Mujeres hablan
Además de la denuncia pública de Antillón, también salió a la luz el testimonio de Emma
Daly, directora de Comunicaciones de la ONG Human Rights Watch, con sede en Nueva
York.
Daly le dijo a The Washington Post que el expresidente Arias le tocó los senos en el
vestíbulo del Hotel Intercontinental, en Managua, durante una actividad del proceso
electoral de ese país, en 1990.