¿Es inexorable esa situación? ¿Procede verdaderamente de la naturaleza humana, o es
posible organizar la sociedad de una manera más satisfactoria para todos? Parece
evidente que la respuesta es lo segundo, pues ya ha habido un buen número de
sociedades que lo han demostrado. Es posible organizar la sociedad de tal modo que
disminuya al mínimo la explotación, la exclusión y el parasitismo, y se consiga una
equidad esencial en la distribución de rentas y de oportunidades, y una mayor libertad
efectiva para todos. También es posible obtener más productividad.
Un medio importante para todo ello, es el trabajo, organizado de manera humana. El
hombre puede desarrollarse decisivamente en el trabajo, imprimir sus facultades creativas
en los bienes o servicios que produce, y colaborar y comunicarse de manera cordial con
sus compañeros y con los destinatarios de su actividad laboral. La explotación dificulta
toda esa riqueza humana, pero es posible organizar la sociedad de tal modo que la
generalidad de los ciudadanos tenga acceso al trabajo en condiciones humanas.
Junto al trabajo, que se orienta a la producción, la otra gran vertiente de la economía es el
consumo, y también es posible organizarlo de
manera humana o inhumana. La abundancia y El mercado no es un medio
variedad en la oferta de bienes y servicios, es al servicio del hombre.
deseable; ahora bien, el consumo es positivo para Sucede casi a la inversa:
el hombre en cuanto sirve para satisfacer somos los individuos los
necesidades y apetencias asimismo humanas. El que actuamos como
capitalismo liberal también amenaza la realización marionetas movidas por el
humana en esa vertiente, pues favorece unas mercado. Es como si
actividades y medios que a menudo degradan al estuviéramos a su servicio.
hombre. A menudo, la publicidad y el desarrollo del crédito al comprador, estimulan