IMPACTO
UNA ECONOMÍA AL SERVICIO DEL HOMBRE
Esteban Villarejo
Consultor
A Eugenio Morales, de quien tomé lo que pueda
haber de valioso en estas páginas
¿ES EL MERCADO UN INSTRUMENTO, O MÁS BIEN SE IMPONE AL
HOMBRE Y A LA SOCIEDAD?
Podría parecer que el título del presente artículo es obvio, o quizá retórico. Sin embargo,
la crisis actual está mostrando, y de manera dramática, que hay dos grandes alternativas:
o la economía se pone al servicio del hombre, o el mercado se convierte en el centro de la
vida social, e incluso de la vida humana.
Podría objetarse que ambas cosas no se excluyen totalmente, pues la economía suele
estar dominada por una minoría, la cual se sirve del mercado para imponer sus intereses
a los demás. Ahora bien, incluso esos colectivos que ocupan posiciones de poder en la
economía, a menudo se centran en unos fines que erosionan su humanidad. La misma
ciencia económica, en su sistematización neoclásica, adoptó como un postulado que el
móvil esencial del ser humano es el egoísmo. La experiencia ha demostrado que eso no
es cierto; pero el halo de prestigio rodea a la
pretendida Ciencia Económica ha contribuído
a que se haga realidad en muchos casos. Es
decir, la Economía liberal ha participado en la
aceptación de la codicia como fin esencial del
ser humano, y con ello ha contribuído a
fomentar la explotación y la exclusión. El
liberalismo económico es deshumanizador, y,
lo que es casi lo mismo, amoral. Provoca
alienación en los explotadores, y al mismo
tiempo y de manera distinta, en los explotados, y en otros dos colectivos: los excluídos y
los parásitos.
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