general. Para ello resultará útil remontarnos antes —de manera muy breve— al nacimiento
del PSOE y de UGT, así como a los acontecimientos que tuvieron lugar en la transición
democrática.
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
La memoria histórica en torno a las organizaciones socialistas, nos remite a la revolución
industrial y al nacimiento de dos figuras claramente antagónicas: El capital y el trabajo. La
acumulación del capital necesario para financiar el maquinismo, conduce a una feroz
explotación de los trabajadores, sobre todo en el siglo XIX y primer tercio del siglo XX.
En este escenario, y al grito desesperado y claramente defensivo de “Organización o
Muerte”, surgen las Sociedades de Socorros Mutuos, los primeros sindicatos y más tarde
la Asociación Internacional de Trabajadores (AIT), en 1864. El
enfrentamiento entre los seguidores de Bakunin- anarquistas- y
de Marx- socialistas- condujo a la creación de una nueva
Federación Madrileña de la AIT, en 1879, de inspiración marxista,
que apuesta por la total emancipación de los trabajadores: Es
decir, por la abolición de todas las clases sociales y su conversión
en una sola de trabajadores libres, iguales, honrados e
inteligentes. Para conseguirlo, luchará por la toma del poder
político por la clase trabajadora.
Había nacido el futuro PSOE y, de la misma manera, en
1889, lo hace la II Internacional, en Paris —a la que
asisten Pablo Iglesias y José Mora como delegados
españoles—, en este caso controlada y dirigida por los
seguidores de Marx.
“Todos por una política
favorable a la mayoría
social”…
En este contexto se celebra el congreso constituyente de UGT, en Barcelona, del 12 al 15
de agosto de 1888, por iniciativa de 6 sociedades del Centro Obrero de Mataró, en un
congreso al que asistieron 46 sociedades obreras con 5.154 asociados.
El congreso constituyente aprueba los Estatutos, que se resumían en 6 títul