La envergadura de las medidas anunciadas por el Gobierno Regional y sus
consecuencias para la supervivencia del sistema sanitario público madrileño y para la
propia existencia del derecho a la salud constitucionalmente reconocido, fueron
detectadas desde el primer minuto por el conjunto
de la sociedad madrileña: por los profesionales
sanitarios, por los pacientes, por las organizaciones
sindicales, por las sociedades científicas y por los
partidos políticos de la izquierda madrileña y
también por primera vez por los votantes del PP,
que incluso a través de alguno/a de sus dirigentes
en el Ayuntamiento de la Capital, se opusieron
contundentemente a las medidas anunciadas.
Tal era la barbarie que se estaba planteando desde la Consejería de Sanidad, que en
poquísimos días se inició en Madrid y con su primer epicentro en el Hospital de La
Princesa, un movimiento imparable, que se fue extendiendo por todos los centros
sanitarios, hospitalarios y también por toda la red de atención primaria, a lo largo y ancho
de toda la Comunidad de Madrid; un movimiento profesional del que enseguida
participaron los pacientes y los ciudadanos/as madrileños, preocupadísimos ante la
posibilidad de perder su derecho a la salud tal y como lo habían conocido y mantenido
con sus impuestos hasta entonces.
Como decíamos, ya antes pero sin duda desde el primer minuto en que se anunciaron tan
extremas medidas, el PSM hizo lo que tiene que hacer un Partido Socialista: ponerse al
servicio de la sociedad para defender el interés general y poner a disposición de los
madrileños/as nuestros mejores instrumentos, esto es, el trabajo de nuestros militantes y
de nuestros representantes en las instituciones en defensa de la sanidad pública.
Y así hemos trabajado de manera progresiva e ininterrumpida, participando en las
plataformas ciudadanas que se han ido constituyendo o en las diversas movilizaciones,
desde las celebradas en los hospitales más directamente afectados por la privatización,
hasta las numerosas "mareas blancas" que se han celebrado en Madrid, pasando por los
encierros en los centros sanitarios y las instituciones madrileñas; colaborando
activamente en la exitosa Consulta Por la Sanidad en la que la inmensa mayoría del casi
millón de personas que participaron, votaron a favor de una s