Argumentos Socialistas Nº 4 Enero 2014 | Page 30

A FONDO MOVIMIENTOS SOCIALES Y ALTERNATIVAS DE SOCIEDAD Imanol Zubero Universidad del País Vasco/ Euskal Herriko Unibertsitatea Acampadas, mareas, encierros, manifestaciones, okupaciones, concentraciones, sentadas, escraches: desde hace dos años España vive una agitación social permanente y sostenida. Según datos recopilados por las distintas delegaciones del Gobierno, si en 2004 se registraron 10.568 manifestaciones o concentraciones, en 2008 se contabilizaron 16.118, en 2010 unas 20.000, número parecido a las de 2011, hasta alcanzar en 2012 las 44.233. Ante este panorama, un periódico (muy) conservador publicaba recientemente un informe que empezaba así: “Manifestarse en España se ha convertido en los últimos años en una especie de costumbre que lleva todas las semanas a la calle a miles de españoles por diferentes motivos, aunque los principales suelen ser los relacionados con el empleo, la crisis y los políticos”. Caben pocas dudas de que la nueva Ley de Seguridad Ciudadana del Gobierno de Rajoy es una reacción autoritaria ante esta situación: al tiempo que con su política económica crea las situaciones que impulsan esta conflictividad, criminaliza a quienes expresan en la calle su malestar. Agitación sí, pero, ¿de qué tipo? Desde una perspectiva progresista es lógico preguntarse por la naturaleza de estas expresiones de protesta social y por su potencial, no ya de agitación, sino de construcción de una alternativa política a la deriva antidemocrática y austericida del último lustro. ¿Son sólo movilizaciones, se trata de movimientos o no pasan de movidas? Hace casi tres décadas el politólogo Joachim Raschke advertía de la dificu