Un modelo
insostenible
Un modelo fallido
E
l plan “Socialismo del siglo XXI” anuló el sistema de sep-
aración de poderes del Estado propuestos por Montes-
quieu para proteger la democracia. El principal resultado de este
modelo es la unión partidista de los cinco poderes nacionales (leg-
islativo, judicial, ejecutivo, ciudadano y electoral).
Desde Montesquieu e incluso antes con Aristóteles, se man-
tenía la postura de que el poder concentrado se convierte en tiranía.
El jurista francés, en su obra El espíritu de las leyes, estableció que
el fin de la división de poderes en un Estado es indispensable ya que
sirve de contrapeso para mantener un equilibrio.
“El barniz resultó infructuoso, pues el modelo que se deseaba
calcar era el moribundo, fracasado y exangüe totalitarismo cubano
(monarquía hereditaria o esclavismo moderno)”, afirma el sociólogo
venezolano, autor del libro “La voz de la diáspora venezolana”. Con
respecto al plan socialista, Páez dice que “El régimen comienza a im-
primir celeridad a su proyecto y, para evitar los debates que supone
el ejercicio de la democracia, el legislativo delega en el ejecutivo
todas las potestades para construir el andamiaje legal de ese tal
socialismo. No solo el legislativo se rendía a las botas del ejecutivo,
también lo hacía el poder judicial”.
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La crisis social, el modelo económico,
la
caída
del
precio
del
petróleo,
el desabasto, la deuda externa, el
contrabando, la recesión, la salida de
inversión y la falta de credibilidad son
algunos de las constantes que han tenido
un trágico e insostenible resultado en
Venezuela.
La nacionalización de empresas, la
fijación y el
control cambiario, la
centralización del manejo de la hacienda
pública, son algunas de las características
del modelo económico venezolano que llegó
al punto de ser insostenible.