EL AMOR DE UNA FAMILIA LEJOS DE CASA
Marella Romero
La distancia que nos separan de los que queremos
y el tiempo que pasa día a día
es algo que no podemos controlar
sino tratar de convertir la experiencia en algo magnifico.
Tuve el valor de abrir mis sentimientos hacia otros,
otros que nunca en mi vida había conocido.
La sencillez y la unidad que tiene esta familia es muy fuerte,
y permitieron sentirme como uno más de la familia,
no como una persona que solamente esta viviendo ahí
una temporada sin importancia.
He podido aprender a convivir con ellos
como si fuesen parte de mi propia familia.
He cocinado con ellos,
y vaya que eso es con muchas carcajadas
porque siempre estamos cantando
o bailando canciones de los ochenta.
Jugamos al wifi y hasta cantamos karaoke.
Me rio con ellos y también nos hacemos bromas,
que por cierto nos duran todo la noche, sin exageración.
Los momentos bonitos que me voy a llevar devueltas a mi tierra
van a ser los que me llenarán de felicidad cuando recuerde el tiempo
que pasé con gente que se ha convertido en mi corazón,
en mi familia.