En los últimos años, el trabajo remoto y el tiempo extendido en casa han intensificado el vínculo entre las personas y sus mascotas. Esta cotidianidad ha reforzado el papel de los animales de compañía como miembros importantes del hogar, sin embargo, también ha traído consigo un desafío que es el aumento del riesgo de exposición a enfermedades zoonóticas( aquellas que pueden ser transmitidas de animales a humanos) cuando no se cuenta con adecuadas medidas de prevención.
Las enfermedades zoonóticas no se transmiten únicamente por mordeduras. Existen vías silenciosas de contagio como la saliva, la orina, las heces o mediante la picadura de insectos como pulgas, garrapatas o mosquitos que han estado en contacto con animales infectados. Por eso, la vacunación y la desparasitación animal se convierte en una de las herramientas más efectivas y sostenibles para romper la cadena de transmisión antes de que los riesgos escalen a una crisis sanitaria mayor.
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