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PROFESORA JEFE IRIS PINTO MARTÍNEZ Estamos al fin aquí, el momento que tanto esperamos está aquí, está sucediendo ahora, en un abrir y cerrar de ojos el anhelo de ustedes es presente, ahora. A pesar de lo convulsionado de los últimos días, aquí estamos. El momento en que Uds. Niñas están a punto de emprender el vuelo, de abrir sus alas para salir a recorrer paisajes infinitos allá afuera. El mundo las espera y las necesita. En este momento quisiera decirles tantas cosas, pero comenzaré por decirles, simplemente, gracias, gracias por cada uno de los momentos que vivimos juntas, buenos, amargos, chistosos, hubo de todo en este viaje que comenzó hace unos años atrás. Gracias por las risas, por los enojos, que más de alguna cana verde me hizo salir, gracias por todas sus locuras. Sin duda, aprendí mucho de cada una de ustedes, del trabajo en equipo cuando caracterizaron la sala del Principito, del buen humor en cada una de las convivencias, de su inmensa creatividad y dedicación en cada uno de sus bailes y presentaciones en el último aniversario. Hoy sé que están listas, preparadas y ansiosas para caminar por sí mismas nuevos rumbos. A fines del año 2017, me enteré que unirían al A y el B y que quedaría como profesor jefe del único 3ro medio, tomé el desafío, con mis defectos y virtudes asumí esta jefatura, llena de emoción porque si Dios me lo permitía, sería mi primera generación en licenciar, y aquí estoy y sepan que siempre estarán en mi corazón, aunque suene cliché, porque si, siempre serán mi primera generación. Sé que fui pesada a veces, que soy poco demostrativa, pero créanme que intenté cada día entregar lo mejor de mí, para ustedes, por su bienestar y formación. Niñas, hoy llega el momento en el cual solo ustedes serán la guía y capitán de sus propias barcas, de sus vidas. Los viajes serán infinitos y sepan desde ya que habrá días soleados y días de tormenta, pero sean fuertes, sean perseverantes que sin duda cada una de ustedes llegará al puerto que siempre deseó. Quisiera invitarlas a recordar entendiendo el recordar como volver a pasar por el corazón, volver a pasar por el corazón cada momento que vivieron aquí, en su segunda casa, en su Instituto Santa María. ¿Recuerdan cómo vivieron su primer día de clases? ¿recuerdan quiénes fueron sus primeras profesoras? ¿recuerdan quienes fueron sus primeras amigas? ¿Cuáles fueron sus mejores bailes o disertaciones? Sin duda, se les deben venir muchos recuerdos a sus corazones en estos momentos y pues les digo, eso es un tesoro, es un capítulo maravilloso dentro de sus historias, la que deben seguir escribiendo hoy, en otros horizontes, en otros rumbos. Les pido, no olviden nunca su historia, respeten sus tradiciones, tengan memoria agradecida, respeten a quienes les regalaron el milagro de la vida, sus padres, que sin duda hoy, no deben caber en sí, llenos de orgullo e igual o tanto más emocionadas que Uds. Ellos sus padres, que hoy colmados de amor, las siguen acompañando y apoyando en cada paso que darán a futuro. Recuerden a sus maestros, quienes con mucho esfuerzo les enseñaron tanto dentro como fuera de la sala de clases, aquellos que las obligaron a dar más de sí misma, porque confiaban plenamente en sus capacidades. Las personas sin memoria ni tradición no saben a dónde van, les pido, no olviden nunca de donde vienen, quienes son y recuerden con afecto a aquellas personas que han hecho de ustedes mejores personas. Queridas estudiantes, las invito también a comprometerse a que disfrutaran cada momento de sus vidas. Hay personas que viven esperando cambiar cuando terminen los procesos y al final no pasa nada, siempre se quedan esperando a que las cosas pasen. Las llamo a cambiar hoy, a vivir el hoy, o como diría el Papa Francisco “no balconeen la vida” mirando desde el balcón como la vida pasa, vivan, sean protagonistas de sus vidas, actúen, canten, rían, abracen cada momento, porque esos momentos no vuelven, como este que hoy mismo estamos viviendo. También queridas alumnas sean agradecidas por todo lo que Dios y la vida les ha dado, como cada mañana en nuestras oraciones decíamos, gracias por un día 56 ANUARIO 2019 INSTITUTO SANTA MARIA ANTOFAGASTA más de vida, un nuevo día para hacer feliz a los demás, un nuevo día para volver a comenzar, para dar lo mejor de sí. Por último, sean mujeres íntegras, actúen siempre sin transgredir sus principios y virtudes sea cual sea el contexto, como hablamos en tantas clases de historia, hay muchas injusticias en este mundo, en cada lugar, por eso no por favor, dejen nunca de tener hambre y sed de justicia y trabajen por ella, que no quede como un simple sueño de juventud. Hagan vida el valor de la justicia y compromiso social cuando se desempeñen en distintos lugares y áreas, sean conscientes y empáticas con la realidad, con quienes nos rodean, dejen de lado pequeñeces e individualidades, indiferencias y egoísmos, que tanto daño nos hizo como sociedad y que no puede volver a pasarnos. A pesar de lo adverso que quizás sea el mundo allá afuera, luchen cada día por lograr un mundo mejor, un país mejor conmigo como presidente y ustedes como ministras jajaja. Ámen cada cosa que hagan en los días venideros. No puedo dejar de mencionar frases que me marcaron una vez que ingresé a trabajar en el Instituto Santa María “No dejes pasar ningún día sin vencerte a ti misma” o “Haré las cosas con amor y libertad o las dejaré de hacer” como dice la fundadora de la congregación de Jesús, Mary Ward, aquella mujer que a pesar de todo, luchó incansablemente por la educación de la mujer porque estaba convencida que las mujeres harían grandes cosas en el futuro y creo firmemente que no estaba equivocada, hoy trasciende su legado, hoy ustedes mujeres valientes saldrán a entregar lo mejor de sí para ayudar al prójimo y construir un mundo mejor. Que nadie les diga que no se puede. Entréguense por entero a la labor, a la misión que cada una de ustedes tiene en este mundo. Recordar, disfrutar y ser íntegras son mis profundos deseos para Uds. y no me cabe duda que así será. Querida generación 2019, son maravillosas todas y cada una de ustedes, están llenas de colores, de virtudes, de talentos, brillen, iluminen y prométanme que llenarán de alegría el mundo allá afuera, como cada día lo hacían en nuestra sala. No bajen nunca la mirada porque sus ojos son luz para todos y cada uno de nosotros. ¡Que Dios las bendiga y acompañe siempre, siempre! Con infinito cariño y admiración su profesora jefe Iris Pinto Martínez.