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El medio para lograr el aprendizaje La doma clásica pone el énfasis en los ejercicios y rechaza la violencia como atajo. Ya Jenofonte, cuatrocientos años antes de Cristo, sostenía que “lo que es arrancado por la fuerza no es jamás bello”. Es, en cambio, mediante el ejercicio que al caballo se le va grabando el lenguaje, y se le graba sin temores ni desconfianzas hacia su jinete. Cada vez que el caballo cede a la presión, hay que premiarlo aliviando esa presión. Y repitiendo esta secuencia se va logrando el aprendizaje sin violencia. Por otra parte los ejercicios son los que van preparando la musculatura y el balance que permiten al caballo llevar el peso agregado del ji- nete y realizar las maniobras que este le exige con liviandad y soltura. La velocidad en el Polo Muchos podrán pensar, al ver un caballo de dres- sage domado en forma clásica, que ésta doma no sirve para el caballo de Polo. Pero es esta una conclusión apresurada. Es cierto que el caballo de dressage va mucho más reunido, con un contac- to más firme en la boca, y realiza movimientos de gran potencia, a baja velocidad. Y que el caballo de Polo, en cambio, va con un balance muy distin- to y tiene su boca un contacto permanente mucho más suave con la mano del jinete. Pero la base en la educación de un caballo de Polo es la misma que la de un caballo de dressage, y la de uno de salto o de trabajo o de paseo. Son 48 las mismas ayudas y las mismas respuestas es- peradas, pero para distintas actividades y con ve- locidades a veces en el extremo opuesto. Por eso el producto final nos puede llevar a engaño, si no volvemos a los fundamentos. Poder elegir y poder descartar Si una doma no nos da un caballo manso, dere- cho, flexible, que permita el contacto en la boca, que entienda y responda con sensibilidad a la presión del jinete, que esté medianamente reuni- do, conectado en sus partes, con el balance que permita llevar al jinete y hacer las maniobras fácil y livianamente, entonces no es una buena doma, sin importar su origen. Y lo contrario es igualmente cierto. Por eso, es enriquecedor poder aprender y cono- cer los distintos métodos de doma pero siempre es necesario recordar a la doma clásica como el estándar, la vara, para medir todas las demás y para no perdernos en las modas ni en las nove- dades.