opiniones y críticas más que
por lo que dicen los números,
vas a empezar a tergiversar
la lectura de la realidad y tus
conclusiones e iniciativas no
van a ser tan efectivas.
Encontrar tu ritmo de juego y
la cadencia de los movimien-
tos es un desafío para ir sin
prisa y sin pausa a tu obje-
tivo. Es descubrir el timing,
que te permite entrar en ese
estado que llamamos flow,
donde todo lo que somos
está alineado y rinde al máximo
con el mínimo consumo de
energía.
El golf te enseña que solo es
fracaso si no aprendiste.
También enseña que en cada
momento podés volver a em-
pezar y que más allá de todo
lo malo que esté pasando, un
rayo de tu genialidad puede
volver a aparecer.
El golf nos lleva a entender la
lógica de las oportunidades,
a reconocerlas y valorarlas,
pero no a exagerarlas, a no
caer en la tentación de es-
tar obligados a aprovechar-
las. Si no lográs comprender
esta lógica no solo no vas a
jugar de la mejor manera,
sino que te vas a aburrir y
se te puede convertir en una
carga pesada de desmotiva-
ción y frustración.
El rendimiento y el aprendizaje
dependen de la calidad y la
intensidad de tus rutinas.
86
P A G I N A
Anuario CEPIP 2019
Decime cuáles son tus ruti-
nas en el golf y en tu empresa
y te voy a decir cuál es tu ren-
dimiento.
Muchas veces, como en el
día a día ejecutivo, los tiros
no salen como querés y te
frustras. En ese momento te
sentís profundamente solo,
cuestionándote y dudando
de vos pero con el desafío
de mantenerte en calma, de
procesar la frustración y de
volver a conectar con el
potencial del próximo tiro.
El golf de los que juegan bien,
al igual que el de los altos
ejecutivos, depende de su
capacidad de dejarse ayudar,
de dejarse asesorar. Si sos
autodidacta y las cosas no
salen bien y seguís insistiendo
en una idea solitaria que no
trae resultados, entonces el
ego te está jugando una mala
pasada. Querés crecer en
cada tiro y en tu performan-
ce ejecutivo, das lo mejor de
vos, pero también es impor-
tante que te dejes ayudar,
que abras el juego, ya que
el ego y la soberbia son
grandes enemigos del golf.
Muchas veces podes correr
el riesgo de confundir eso
con la confianza y nada es
más alejado.
Tenés que descubrir la creati-
vidad e innovación como bue-
nas, siempre y cuando tengan
sentido y estén dentro de una
estrategia en un proceso pla-
nificado de cambio. De lo
contrario, sino puede llegar
a ser una mera improvisa-
ción. Esto no quiere decir que
no tengas que tener tu estilo
personal, tu idea, tu propio
sistema original o tu propio
swing, pero si los resultados
no acompañan, no sirven ni
las excusas, ni echar culpas.
Todo lo anterior hay que li-
marlo, trabajarlo y mejorarlo.
Toca pedir ayuda, conectar
con alguien que le aporte a tu
perspectiva ese eslabón con
objetividad que te ayudará a
analizar todo el escenario en
conjunto con sus puntos con
potencial y oportunidades de
mejora que va a hacer la di-
ferencia.
La perspectiva de los demás,
si la podés integrar, es tu he-
rramienta más valiosa, son
los otros los que te están
viendo de afuera y pueden
darte los mejores consejos
¡aprovechalo!
Analizá los riesgos, no seas
ni temeroso ni temerario. Se
realista, analítico y con una
sana valentía entregá lo me-
jor de vos.
No menor es que el golf es
un juego de caballeros, así
está pensado, por eso no se
espera que nadie busque un
atajo a su rendimiento en la
trampa. Es la idea de que el