Anuario Northfield School 2011 - N° 1 | Page 44

Familia EDUCARTE FUE UNA LINDA AVENTURA Por Dolores Ibarlucea* Era 14 de marzo de 1991. El cielo estaba de un tono casi turquesa. Era mi último mediodía de soltera. Toqué el timbre de su oficina y tres minutos después lo vi salir del ascensor. Traje azul al igual que la corbata, camisa celeste. Impecable. Mi papá abrió la puerta y con una sonrisa me entregó un ramo de fresias al tiempo que dijo: “Educarte fue una linda aventura”. Esas cinco palabras han resonado una y otra vez en mi cabeza desde entonces. ¿Qué es educar? ¿Por qué es una aventura? Según el diccionario, Educación, (del latín educere “guiar, conducir” o educare “formar, instruir”) puede definirse como: El proceso multidireccional mediante el cual se transmiten conocimientos, valores, costumbres y formas de actuar. Es un proceso de vinculación y concienciación cultural, moral y conductual cuyo fin es la socialización de los individuos de modo progresivo a lo largo de toda su vida. Personalmente, creo que educar hijos es una tarea maravillosa. Uno conduce a un niño hacia la adultez, lo guía en el camino de descubrir todo su potencial. Lo llevamos de la mano en un comienzo para luego caminar a su lado. Le corregimos el rumbo desde atrás mientas carretea y finalmente lo vemos volar. Ellos no volarán nuestro vuelo ni soñarán nuestros sueños pero llevarán consigo nuestra impronta, nuestro sello de amor. ¡Pensar que seremos padres de ese adulto independiente durante mucho más tiempo del que habremos sido padres de un bebé que depende ciento por ciento