Romeo César – Antígona y el retorno de la Esfinge creencia Muestra el rostro de Edipo nuevos
ESFINGE Habitante de los abismos uránicas Señora del vértigo y el vacío abisal
El terror y la superstición
EDIPO
Habitante de las alturas
Fuera de sí ante la tiniebla
Cada término de la oposición presenta su posible lado benéfico y positivo, así como su posible lado dañino y mortífero. Cada término, según cual sea la convicción que lo sostiene, puede poner de manifiesto la diferencia que lo opone al otro. Pero también, para una apreciación externa a ambos, puede revelarse los rasgos comunes que los hace a uno un doble del otro, gemelos cuyas identidades se confunden y terminan siendo idénticos. Lo que parece opuesto no lo es. Según qué perspectiva se adopte, pueden presentar aspectos tan similares que se vuelve imposible distinguirlos entre sí.
Desde otro ángulo, podemos preguntarnos si Edipo, habiendo resuelto el enigma que le planteó la Esfinge, no pasa él a ser el enigma; un enigma que ya no puede resolver. Si tal fuera el caso, Edipo se convierte en la nueva Esfinge, una forma invertida de su retorno, su“ reencarnación” más astuta.
Edipo, figura del logos, de la palabra verdadera que resuelve( y disuelve) los enigmas, que revela el sentido( o el sin sentido) del acontecimiento- que imprevistamente irrumpe- o hace conocer el cumplimiento inexorable de un proceso, ¿ se transforma así, como la Esfinge, en un mito, en una figura del pasaje a la edad adulta, en el inquisidor cruel que desafía con nuevos enigmas, en
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