ANTÁRTIDA EXTRATERRESTRE - EL INCREÍBLE CONTACTO DE ROSALÍA Antártida Extraterrestre | Page 90

ANDREA VICTORIA CANO ascensor y lo esperara abajo. Cuando Rosalía bajó le dice él que lo siguiera y así lo hizo. Todo esto sucedió en Buenos Aires. Cuando ellos eran capturados inocentemente clamaban por la ayuda del "siniestro" a lo que sus captores respondían: "¿Por qué preguntan por él?" Rosalía respondía: "Porque él nos dice que sí tenemos algún problema preguntemos por él, que enseguida él nos ayuda" Hasta que un día les dijeron: "Míranos, ¿Qué pensarías sí te decimos, que él es el los manda a secuestrar"? ¿Qué podía decir Rosalía? Desde entonces comenzó la guerra del gato y el ratón, privados de su libertad fueron ayudados y se prepararon para la fuga. Felipe le dice: "Vieja, yo me voy a otro país, vos cubrime, busco trabajo y te venís, así quedamos" Pero en ese ínterin el "Siniestro" llama a Rosalía para decirle que necesitaba verla urgentemente para mostrarle algo que le iba a encantar. Al llegar Rosalía a su oficina le abre la puerta como de costumbre su secretaria norteamericana, al entrar había una reunión de hombres, caballeros profesionales y gente del Gobierno. Le presenta a un señor que la toma del brazo y se la lleva a otro compartimiento, el "siniestro" dice: "Muéstrele, muéstrele ", el señor entonces sube la manga de su camisa y le enseña un tatuaje, Rosalía casi se desmaya. El "Siniestro" sabía por su hijo que cuando lo encontrase debía seguir sus instrucciones y que ella debía darle los mensajes de los Extraterrestres, en la reunión ella no quería hablar y le dice uno de los hombres: "Hable señora, que son todos de confianza" ese hombre no era de confianza, se le percibía un "fondo siniestro", y al igual que a Rosalía le insistían al Señor del tatuaje Ludovico Von Grossen (quien pasó a la clandestinidad como De Grandi) para que hablara, pues se negaba a hacerlo delante de todos, al fin le dice que fue a buscarla para llevarla ante el Señor "Maler" que lo habían enviado a buscarla, y que traía dentro de un maletín una carta y documentos que podían comprobarlo, pero que al salir del hotel hasta el taxi pasó alguien y se lo arrebató. Rosalía no sabía quién era De Grandi, ni el "Sr. Maler", solo a 90