ANDREA VICTORIA CANO
transpiraba, era húmeda. Entonces no existe la moda, la competencia,
en cambio los militares todos de uniformes, y para los entrenamientos
tanto ella como los varones todos uniformados. Pareciera que se
mostraron con ropa común para entrar en confianza y no generar
rebeldía.
Otra cosa que le sorprendió, fue que tenían grandes espacios con
plantas y flores, los caminos estaban tapizados, como de láminas de
plata u otro metal, no pisan la tierra de allí que llevaran sobre el buzo
unas botitas del mismo material del buzo, pegadas al pie y a la pierna,
pasando el tobillo. Por fuera había grandes estructuras más no edificios
horizontales. Rosalía carecía de estudios mas no de conocimientos.
Ahora que todo estaba aclarado y justificado Rosalía agradecía que le
hayan reforzado el humor, así lo podía tomar con soda y digerir mejor.
Pero eso sí, sí cumplían con la promesa que le hicieron donde no vale la
credulidad que se pueda tener con la fe, ya que en esto y ante esto nada
se puede hacer, aparte de llorar, tirarse al suelo, arrancarse el cabello o
querer hablar con la pared, regresó Rosalía a su cruel realidad donde lo
único que podía hacer era preguntar: "¿Por qué a mí?" y Ellos
respondían: "Cuando llegue el momento, primero deberás cumplir
la misión de entrenarte para la evacuación" Rosalía pensaba en
ello y concluía que para haber una evacuación debería haber primero
una hecatombe, y ahí ya no habían más respuestas por parte de Ellos, al
menos la dejaban preguntar y no le borraban la memoria. De tanto
hacerse conjeturas, preguntar y pensar, para al final llegar a la
conclusión de ¿Por qué ella? una y mil veces, se hizo esa pregunta.
Bueno, ya está tan clarito como el agua, esto fue por esto, esto otro por
esto otro, y así iba formando el eslabón de la cadena que la llevó al
candado y por ahora la llave la tenían Ellos.
Para leer esto debemos ponernos más serios aun, porque esto es bien
serio, aún así Rosalía lo comprendía todo, soportaba el chantaje y la
extorsión. El tema es que hace cinco años que “Los Extras” se habían
llevado a Felipe y el precio para devolverlo era que Rosalía debía contar
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