Dos amigos y un oso
Priscila Benitez
Dos amigos andaban por un bosque cuando de pronto se les apareció un oso. Uno de ellos trepo rápidamente a un árbol y se ocultó entre el follaje. El otro, antes el peligro de ser atrapado, se tiro al suelo fingiendo estar muerto. El oso acercó su hocico y le olio todo el cuerpo, mientras el muchacho retenia la respiración, pues sabía que los osos no tocaban cuerpos muertos.
Una vez que el oso se alejó, el que estaba en el árbol descendió y le pregunto qué le había dicho el oso al oído. Muy tranquilo respondió que le había aconsejado no andar más con amigos que lo abandonaban en momentos de peligros. La enseñanza es que los verdaderos amigos se reconocen en las ocasiones difíciles, complicadas o de peligro.
Fin.
Fin