Antología 2013 | Page 8

MIDAS, el ORO y el BURRO

De Repún Graciela

Versión de Balboa Suyo Maribel

Había un jardín, con rosas y un trono de oro sentado que cada vez que el rey se acomodaba en su asiento, los dos custodios lo seguían.

Está detrás del rey del trono, es tan alto que en principio no se lo ve, se escucha su voz. Aparecen unas partes de su cabeza, hasta sus ojos.

Desde esa incómoda posición hará unos retoques en la nuca de Midas con utensilios de su mesa.

Midas: (Asustado) ¿Qué acaba de decir?

Asomado de cuerpo entero, se desplaza alrededor del rey. De tanto en tanto le mueve la cabeza o le gira el torso para contarle con comodidad pero, ¡Esta temblando! ¿Quiere que cierre la ventana?

Midas niega con la cabeza.

-¿No? Entonces sigo contando hasta que usted otra vez viaje ¡fui a atender a un general importante! Me dijo que tiene más hombres que todos los que tenemos, hasta me mostró sus tropas y hasta planea atacarnos, me parece que hay que correr de él y por eso le asombra ver que Midas tiembla y los guardias también.

Midas: lo sé, lo sé... Como sé que no los ganaremos, escuchen (se retira de escena mientras los 2 guardias se miran con cara de no entender nada). Sin embargo, desde que lo despertamos, ¡No conseguimos que se calle!

Mileno: Mientras comemos y brindamos, querido rey Midas, te contaremos sobre cosas maravillosas de los lugares que visitamos con el Dios Sicionio. ¿Conoces, por ejemplo, el molino que está enfrente de los gigantes?