Antología 10 películas de Disney basadas en historias no aptas para antologia cuentos basadas en peliculas | Page 16

Rapunzel Los Hermanos Grimm Había en una ocasión un matrimonio que deseaba hacía mucho tiempo tener un hijo, hasta que al fin la mujer esperaba que el Señor estuviera a punto de cumplir sus deseos. En la alcoba de los esposos había una ventana pequeña, cuyas vistas daban a un hermoso huerto, en el cual se encontraban toda clase de flores y legumbres. Se hallaba empero rodeado de una alta pared, y nadie se atrevía a entrar dentro, porque pertenecía a una hechicera muy poderosa y temida de todos. Un día estaba la mujer a la ventana mirando al huerto en el cual vio un cuadro plantado de ruiponces1 , y le parecieron tan verdes y tan frescos, que sintió antojo por comerlos. Creció su antojo de día en día y, como no ignoraba que no podía satisfacerle, comenzó a estar triste, pálida y enfermiza. Asustose el marido y le preguntó: -¿Qué tienes, querida esposa? -¡Oh! -le contestó-, si no puedo comer ruiponces de los que hay detrás de nuestra casa, me moriré de seguro. El marido que la quería mucho, pensó para sí. -Antes de consentir en que muera mi mujer, le traeré el ruiponce, y sea lo que Dios quiera. Al anochecer saltó las paredes del huerto de la hechicera, cogió en un momento un puñado de ruiponces, y se lo llevó a su mujer, que hizo enseguida una ensalada y se la comió con el mayor apetito. Pero le supo tan bien, tan bien, que al día siguiente tenía mucha más gana todavía de volverlo a comer, no podía tener descanso si su marido no iba otra vez al huerto. Fue por lo tanto al anochecer, pero se asustó mucho, porque estaba en él la hechicera. -¿Cómo te atreves, le dijo encolerizada, a venir a mi huerto y a robarme mi ruiponce como un ladrón? ¿No sabes que puede venirte una desgracia? -¡Ah! -le contestó-, perdonad mi atrevimiento, pues lo he hecho por necesidad. Mi mujer ha visto vuestro ruiponce desde la ventana, y se le ha antojado de tal manera que moriría si no lo comiese. La hechicera le dijo entonces deponiendo su enojo: -Si es así como dices, coge cuanto ruiponce quieras, pero con una condición: tienes que entregarme el hijo que dé a luz tu mujer. Nada le faltará, y le cuidaré como si fuera su madre. El marido se comprometió con pena, y en cuanto vio la luz su hija se la presentó a la hechicera, que puso a la niña el nombre de Rapunzel (que significa ruiponce) y se la llevó. Rapunzel era la criatura más hermosa que ha habido bajo el sol. Cuando cumplió doce años la encerró la hechicera en una torre que había en un bosque, la cual no tenía escalera ni puerta, sino únicamente una ventana muy pequeña y alta. Cuando la hechicera quería entrar se ponía debajo de ella y decía: Rapunzel, Rapunzel, echa tus cabellos subiré por ellos. Pues Rapunzel tenía unos cabellos muy largos y hermosos y tan finos como el oro hilado. Apenas oía la voz de la hechicera, desataba su trenza, la dejaba caer desde lo alto de su ventana, que se hallaba a más de veinte varas del suelo y la hechicera subía entonces por ellos.