Luzmyla Suami, Guzmán, Miranda
Justificación
Según la Organización Mundial de la Salud en su última investigación, el cáncer
cobró la vida de 8,2 millones en el 2012.
La población conoce la enfermedad y le atribuyen algunos vicios a la adquisición
de la misma pero no relacionan la ingesta de alimentos con una de las causas que
las provoca.
En otros países se han llevado a cabo investigaciones que demuestran que la
alimentación es un pilar del que depende la salud del ser humano y que en
nuestro entorno contamos con agentes que en altas dosis podrían terminar con
nuestras vidas sin darnos cuenta hasta que es muy tarde; lamentablemente en
México es muy poco el material que se encuentra al respecto y los índices de
muertes por la enfermedad siguen incrementándose año tras año.
La difusión de los resultados de la presente investigación pueden ayudar a
plantear un panorama más amplio sobre las formas en que transportamos a
nuestros cuerpos sustancias que nos enferman, así como los beneficios de
cambiar hábitos una vez que se haya adquirido la enfermedad o incluso vencido.
Si la sociedad conociera realmente la manera en que generan toxinas que van
directamente a sus organismos o los alimentos que ya las poseen antes de su
preparación podríamos reducir considerablemente su ingesta y esto a su vez
disminuiría las altas tasas de patologías oncológicas. De igual manera si el
paciente que ya contrajo la enfermedad tuviera el conocimiento de los riesgos de
consumir ciertos alimentos, podría evitar un desenlace mortal.
Al disminuir las tasas de mortalidad por cáncer México sería un país más sano, ya
que al darle importancia a la alimentación también se evitan otro tipo de
enfermedades como la hipertensión, diabetes, obesidad, entre otras.
El conocimiento profesional que se adquirirá al concluir la investigación será una
base para ejercer la nutrición aplicada como tratamiento en enfermos de diversos
tipos de cáncer.
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