Aidee Areli Flores Moreno
Antecedentes
Problematización:
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, “la población de 60 años y
más sufre algún trastorno mental, siendo la demencia y la depresión de los
trastornos más frecuentes; según sus estimaciones de esta organización la
depresión es la enfermedad mental que más afecta a la población”.
La depresión es un trastorno que se caracteriza por tristeza, irritabilidad,
decaimiento, falta de interés por la vida entre otros síntomas, actualmente se
presenta de manera más frecuente, puede afectar el área personal, familiar y social
del paciente, inclusive su desempeño en actividades básicas de la vida diaria.
Cuando se realiza una evaluación psicológica para determinar si existe o no un
trastorno depresivo, uno de los indicadores es el aumento o la disminución del
apetito. Sin embargo, el tratamiento está más enfocado en la actualidad a disminuir
las causas biológicas y ambientales. La alimentación en este tipo de pacientes, se
ve como un aspecto aislado del trastorno, que si bien puede denotar un síntoma el
aumento o la disminución de la ingesta de alimentos, no se visualiza actualmente
como un asunto primordial para el manejo adecuado de la enfermedad. El analizar
la alimentación actual de los pacientes depresivos de 60 a 75 años, por medio del
MNA (Mini Evaluación Nutricional), y de parámetros antropométricos como peso,
estatura, circunferencia media de brazo, circunferencia de la pantorrilla, altura
rodilla-talón y longitud de antebrazo, ayudará a saber cómo es su estado actual de
nutrición, también mediante un cuestionario permitirá saber si ellos cuentan con una
orientación
en
su
alimentación,
que
alimentos
consumen
actualmente,
proporcionará información valiosa para determinar que deficiencias pudieran existir
en su alimentación, que correcciones se pudieran realizar en la misma, para poder
disminuir los síntomas depresivos en adultos mayores de 60 a 75 años, y que ellos
puedan mejorar su calidad de vida en esta etapa.
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