Al son que baila México
Por: Marcela Zamudio
Cuando pensamos en música mex
icana, generalmente creemos que
es sólo la música ‘folclórica’, y en re
alidad la música de México abarca
más, incluido el Mariachi, ese loco
que siempre quiere bailar, el cual
es Patrimonio Inmaterial de la Hu
manidad según lo reconoció la UN
ESCO el 27 de noviembre del 2011.
Nuestro país ya escuchó, bailó y
cantó ritmos de casi todo el mundo,
mismos que influenciaron su legado
musical, pero su esencia logra per
manecer en las arterias nacionales.
En México lindo y querido, previo a la
llegada de los españoles, es decir, en la
época prehispánica, las culturas Az
teca, Maya, Mixteca, Zapoteca, Tolte
ca, Otomí, Totonaca y Tarasca deja
ron testimonio de sus cinco sonidos
a lo que llamaron Música Pentáfona
y existían tres géneros: Ritual, para
las bodas, nacimientos, sacrificios
de víctimas y funerales; la Guerre
ra, para antes y después de las batal
las; y la Recreativa, para bailes o mi
totes (probablemente de aquí viene
la palabra ‘mitotero’ para aquellos
fiesteros)
y
fiestas
públicas.
El tiempo que estuvieron las culturas
mesoamericanas bajo el yugo español,
durante el siglo XVII y XVIII, recibieron
educación musical de los compositores y
músicos de Europa, quienes introdujeron
el Canto Gregoriano. Ya entrado el siglo
XIX la gente ‘bien’ bailaba valses Viene
ses y la gente del pueblo entonaba el Son
y el Jarabe. Tras la Independencia tres so
ciedades filarmónicas aparecieron, la úl
tima en 1866 con el nombre de Sociedad
Filarmónica Mexicana, quienes fund
aron el primer conservatorio de música.
Para el siglo XX las influencias europe
as continuaron y hubo poca produc
ción mexicana. Compositores e intér
pretes mexicanos del Romanticismo
imitaron las formas, lo que dio paso a
Valses, Danzas de salón, Gavottas, Mar
chas, Romanzas, Fantasías y Capriccios.
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